
Una vez más, Sofía fue despertada por su entrenadora. Volvió a sacarla de la jaula arrastras y después de lamer sus botas, le quitó el cinturón para que hiciese sus cosas, allí, en medio de la sala. Comenzaron a andar de camino a una nueva sala. – Parece que ayer tuvisteis una pequeña juerga los guardias y tu… – Comentó mistress Angélica. – ¿Te divertiste? Seguro que te quedaste con ganas de que te follaran entre todos, ¿Eh? Sofía, tras ella, agachó la cabeza. Seguía caliente como una plancha y, la verdad, es que el deseo de que la follaran […]