
La sustituta llega a casa Sobre las ocho de la tarde escuché que tocaban a la puerta del chalé. Por la hora supe que era la mujer que había contratado para sustituir esa noche a Irene para así poder salir con ella y con su hermana dejando a mi madre en buenas manos. Como las dos gemelas se estaban cambiando, me levanté a abrir. ―Soy Estrella, me envían para cuidar a un enfermo― dijo la enfermera al abrirla. Reconozco que tardé en contestar porque esperaba que su sustituta fuera una mujer entrada en años y no la diosa de ébano […]