
16 Los cinco minutos que tardó en salir los aprovechó Walter para vestirse y sin darle otra opción, se despidió de ella comentando que la clienta lo había llamado. -Vete- respondió Beth llena de dudas. Su jefe atribuyó al deseo su tono dubitativo y sin que nada perturbara su satisfacción, se despidió de ella dejándola en la habitación. Al secarse, el temor de ser descubierta volvió con fuerza a su mente y solo la confianza que tenía en la inteligencia de la oriental consiguió que no se pusiera histérica. «Mei no es tonta», se dijo y recordando los consejos […]