
Sandra: -¿Has hecho alguna vez un trío?- La pregunta venía de una rubia de infarto, de esas que paran el tráfico y vuelven locos a los hombres, que estaba tumbada boca abajo desnuda en su cama ante mí. El pelo dorado y largo descansaba sobre sus hombros y se extendía a su espalda. Unas nalgas perfectas, redondeadas, tentadoras, sobresalían entre las sabanas. Al hacerme la pregunta me miró con esos brillantes ojos azules que parecían no tener final y se ladeó un poco mostrando un pecho terso, blanquecino, voluptuoso, coronado por un pezón del color de la tierra. -Sí, respondí […]