
Capitulo 6: Akanke Unos latidos débiles y apresurados le dieron un hilo de esperanza. Apartando el pelo negro de la cara magullada de la joven, sujetó su nuca, le abrió la boca y pegó sus labios a los de ella para insuflarle aire. Una, dos, tres veces, comprobando a cada instante que el corazón seguía latiendo. Finalmente la joven reaccionó. Hércules la puso de lado, dejando que vomitara el agua que había tragado hasta que sus pulmones solo contuvieron aire. La desconocida soltó un gemido ronco y trató de abrir el ojo que no tenía totalmente cerrado por la hinchazón. […]