
A partir de entonces, y durante 3 semanas, fue lo mismo, mi madre tratando de compensar la ausencia de Sara en nuestros juegos, mientras se dormía a menudo por las pastillas que la metían en la comida, y así mi tía follaba a todas horas cuando Jaime quería, fumaban porros y se dedicaban a buscar momentos para gozar, al principio les espiaba, llegado un punto me cansé, Jaime se ocupaba de describirme a posteriori cada detalle de sus encuentros. Mi tía parecía en una nube, para ella era un juego inocente, por raro que fuera, mientras que Jaime se aprovechaba, […]