
Los cuerpos del hombre y la mujer tumbados en la cama semejaban una sola criatura, entre sonidos de suspiros y jadeos los cuerpos chocaban entre si cada vez más rápidamente, semejaban una bestia de dos espaldas como dijo el escritor británico William Shakespeare. Unos minutos antes, nuestra pareja de amantes se besaba furiosamente dando libre paso al deseo contenido durante mucho tiempo, las manos de Paula acariciaban ansiosas el torso y vientre de Jaime, este no perdía el tiempo y respondía acariciando con su mano derecha el coño de la mujer metiéndola su dedo medio en la vulva, sentía contra […]