
Diario de George Geldof -12 Cuando entré en casa, me esperaba Betty desnuda y tan necesitada, que se arrojó a mis pies, sacó mi polla y se puso a chuparla, mientras decía cuando podía: -Gracias, amo. Lo has puesto muy fácil. Desde ahora tienes una esclava más. Yo me pregunté en qué problema me estaba metiendo. Tenía a Melinda y Pauline, se añade Wiki, de vez en cuando y ahora Betty. ¿Serían demasiadas mujeres para mí? No tenía edad ya de mantener sesiones de sexo maratonianas, y no sabía como iba a enfocar aquello. -Bien, entonces vas a empezar a […]