
Cuarta Estrofa Cuando llegó a la oficina y la vio desierta, sin Julia por ninguna parte, se sintió un poco desnuda y estuvo a punto de arrepentirse de haberle dado el día libre. Se acercó a la mesa y observó como la joven le había dejado todos los documentos que necesitaría en Chicago pulcramente ordenados en una carpeta. Ojeándolos pudo imaginar lo tarde que habría llegado a casa anoche. Apenas tenía nada que hacer hasta el vuelo así que optó por echar un rápido vistazo a sus inversiones. A pesar una de las tareas más gratificantes, aquel día tampoco podía […]