
Destrozada por lo incomoda de la posición y desfalleciente por el esfuerzo, la tortura anal a la que la sometí, Mili yacía tirada contra el lavabo. Con su vestido reducido a su mínima expresión, la mini sobre las nalgas, el escote debajo de sus senos, el brasier ladeado y su tanga a medio camino entre su pubis y sus rodillas… Ah y obviamente mili con su ano atorado por mi verga y algunos hilos de leche discurriendo por sus intimidades, y bueno… el que les escribe detrás de ella empalándola por el culo y tomándola por la cintura para que […]