
Despierto al amanecer, tengo algo de frio, Charo, a mi lado, boca arriba, sus tetas desparramadas sobre su pecho, la mata de pelo negro de su coño resalta sobre la piel blanca, suave. Acaricio su vientre y se estremece, no quiero despertarla, subo la sábana y cubro su cuerpo, al contacto se gira de lado se encoge, sigue durmiendo. Me levanto. Voy a preparar el desayuno para Carlos y Ainoa, que se marcharan temprano al trabajo. Oigo la descarga de la cisterna del WC de Carlos. Poco después aparecen los dos en la cocina, se sorprenden al verme. –¿Qué haces […]