
Los días siguientes a la visita de Talía fueron una montaña rusa de emociones por parte de Lorena. Cada vez que recordaba aquella tarde su mente pasaba de la vergüenza, el pudor y el arrepentimiento, pero al final siempre se sobreponía el deseo y la excitación. ¿Cómo había podido dejarse llevar de aquella manera? Estuvo un par de días dudando si debía seguir adelante con aquello, contemplando una y otra vez la tarjeta que le dio la chica, pero al final acabó llamando y concertando una cita para el día siguiente. Los nervios la atenazaban cuando aparcó frente a lo […]