
Al día siguiente nos despertamos tarde. Cuando salimos de la habitación el padre de Brooke ya tenía preparada una montaña de tortitas. El rodaje había concluido así que teníamos dos semanas libres por delante. —Bien, ¿A dónde me vas a llevar ahora que tienes unos días libres? —le dije a Brooke con una sonrisa de desafío. —No sé, tendré que pensarlo. —respondió ella dubitativa. —Vamos, no me digáis que no se os ocurre nada. —intervino el padre de Brooke con la boca llena de tortitas. —Pues se me ocurren miles de cosas, pero… —Na, na, na. Menos mal que me […]