
Pasó el cuarto mes, el abogado me pagó el quinto y los días pasaron normales hasta que llegó el siguiente. Era época de vacaciones. Hasta Ana se marchó, según me avisó el abogado, que también se iba. Todos tenían vivienda en la playa o en la montaña, y excepto el abogado que volvió al mes siguiente, las mujeres tardaron dos. En vacaciones follaba menos. Se notaba la ausencia de gente. También había menos trabajo. Los días fueron pasando con normalidad, hasta que el último viernes del mes, aparecieron las cuatro amigas. A las que pregunté por sus vacaciones e invité […]