
– Lo siento señora Estrada, hace semanas que no se nada de Lucía. – Muchas gracias, Karina. – El corazón de Lorena se encogió mientras veía como sus opciones se acaban. Intentó que no se le notase en la voz. – ¿Hay algún problema? – Preguntó Karina preocupada. – No, no te preocupes, dale recuerdos a tus padres. Y tras decir eso, colgó el teléfono. ¿No te preocupes? ¿Por qué le has dicho eso? – Se preguntaba a si misma – ¿No sabes dónde está tu hija desde hace días, llamas a su mejor amiga desesperada, la cual tampoco sabe […]