
El miércoles posterior a la boda, recibí una llamada del abogado avisándome de que el sábado daba Ana una fiesta de presentación a la familia y que debía asistir. Cuando pregunté de por qué no me lo decía ella, me dijo que pasaba de todo. Que la estaba organizando él para evitar que la familia realizase preguntas no deseadas o revolviese ante los tribunales por la herencia. El abuelo tenía dos hermanos, ya fallecidos, con dos hijos cada uno. De los cuatro sobrinos, uno murió joven sin hijos, otro se casó pero no tiene hijos y los otros dos, uno […]