
Regrese a mi habitación y encontré a Mili quitándose la ropa, se inclino completamente de espaldas a mi, todo su enorme trasero lucia aun meloso por mi semen. Sus carnosas nalgas me daban un magnifico paisaje, tuve ganas de clavármela de nuevo, parecía una invitación… pero note que quería recoger la sabana que estaba en el piso. Se cubrió con la sabana y se asusto al verme en la puerta, observándola… quizás quiso reprocharme algo, pero solo llego a decir… Creo que necesito una ducha… dijo con timidez. Era obvio, no iba a ir a la facultad con el perfume […]