
Mayo está sobre mí, siento su enorme polla clavada hasta lo más profundo, no me pesa, es delgado, joven y fuerte aunque no musculoso; se mueve como un gato, hay mucho de felino en él, aparte de ser el personaje más morboso que nunca he conocido. Nuestra relación ha comenzado esta misma tarde, en una discoteca bastante concurrida. Bailaba sola cuando se plantó ante mí y sin decir palabra, comenzó a bailar conmigo. No me desagradó, al contrario, lo hacía bien y su baile estaba cargado de sensualidad, como me gusta. Bailamos varias piezas juntos, sin tocarnos, hasta que […]