
Mi boca estaba seca, mis piernas temblaban, todo mi cuerpo se sentía raro y mi orgullo totalmente traicionado. ¡Y fíjate!, yo que había estado preocupado por estar haciendo “rozamientos” con su madre. No supe qué más decir, estaba totalmente K.O. Permanecí no sé cuanto tiempo sentado en la tumbona observando la foto de mi novia desnuda siendo “devorada” con total entrega por ese tipo del que apenas sabía nada. − No quiero hacerte daño Víctor, pero tenías que saberlo. – añadió Mónica que seguía con su diminuto conjunto de tanga y sostén, ambos semi transparentes, pegando sus tetas en mi […]