
He de admitir que escribir mis memorias sería demasiado largo y muy complejo. Nací y viví en lo que hoy se conoce como en la segunda mitad del siglo IV después de Cristo, precisamente en el peor momento de la historia. La caída del Imperio Romano de Occidente, como hijo de un senador me envió directamente al frente, ¡a mí! El menor de las familias, el que a sus quince años se había dedicado a recopilar textos históricos y que nunca le había importado la política. Pero se dio como se dio, en un sentido fue peor que nunca, fuera […]