
Visita inesperada Hace poco más de una hora que se marchó Fernando, tiempo que me había permitido tomar un relajante baño hasta que la fría temperatura del agua, me hizo salir de la bañera en forma apresurada. Terminaba apenas de secarme cuando sonó el timbre de la puerta. No esperaba a nadie, y el hecho de que fuese el timbre de la puerta, en vez del intercomunicador, me hizo ir hacia ella mientras me cubría con una ligera bata de seda. Debía ser alguien que viviera en la casa, y tratarse de algo urgente ya que el sonido del […]