Rosa la cachonda invisible (7)

Recomiendo la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia.

Sentada en la cama Rosa se desperezaba después de dormir un montón de horas, cuando miró el reloj vio que eran las 19:28, había dormido más de 14 horas desde que volvió a casa desde el club donde había tomado parte activa (pero que muy activa) en una orgia con completos desconocidos, la verdad es que no se arrepentía de nada pues lo había pasado francamente bien y tenido mogollón de orgasmos, volvió a casa feliz y apenas tocar la cama se quedó dormida profundamente.

Había luz de sobra en la habitación, se quedó mirando el espejo que tenía delante y era realmente la puerta de su armario, viendo su cama revuelta y junto al reloj despertador la lámpara de la mesilla “jo, sigo invisible” pensó. Efectivamente su imagen no aparecía reflejada, de hecho y dada la postura que tenia, no debería ver la mesilla al taparla con su propio cuerpo pero ¡ahí estaba! La veía nítidamente, empezaba a preocuparse por los efectos tan duraderos de su invisibilidad, llevaba día y medio así y aunque le estaba sacando partido al tema, tenía una cierta intranquilidad y deseaba volver a ser visible para al menos tener una idea clara de los efectos de aquel mejunje.

Salió de la habitación y miro por la casa, era pronto y sus padres aun no habían llegado así que decidió darse una ducha, bajo el agua su mente seguía dándole vueltas al tema mientras se enjabonaba por todas partes, unos minutos después y mientras se secaba estaba pensando en las proporciones de “GEL H22” y otras sustancias que había añadido al baño, estaba bastante segura de poder repetir la fórmula y además tenía la botella de agua de dos litros cogida del baño y guardada en la nevera, con ayuda de sus padres podría analizarlas y volver a ser invisible cuando se lo propusiera, lo que la tenia intranquila era la duración de la invisibilidad y de sus calenturientas y lubricas secuelas.

Salió del baño llevando solamente sus zapatillas, sentía una sensación cálida renacer en su entrepierna, además la empezaba a doler la zona lumbar como cuando estaba a punto de venirla la regla, procuro no pensar en ello y se dirigió a la cocina para desayunar algo, aunque a esa hora sería mejor decir merendar, pero que mas daba tenía hambre y no le extrañaba después de tanto ejercicio hecho el día anterior, sacó de la nevera los restos de la comida y se los zampó a gusto. Seguidamente y tras lavar los platos, tomo las pastillas que habitualmente usaba para los dolores menstruales y dejo una nota a sus padres “voy a salir y volveré tarde, no me esperéis a cenar, os quiero mucho” dejándola en la mesa de la cocina y seguidamente volvió a su habitación segura de no ser molestada.

Sentada en la cama ante el espejo y sintiéndose de nuevo caliente, decidió aprovechar el tiempo para hacer un experimento y salir de dudas, toda la noche anterior había querido saber que podía verse cuando un miembro la penetraba, abrió el ultimo cajón de su mesilla y aparto sus camisones quedándose mirando sus vibradores, tenía tres el primero era blanco y parecía un misil con rayitas longitudinales, el segundo era de látex color carne y parecía un pene autentico con sus venas y todo media 20 Cm y era un poco mas grueso que el anterior, el tercero era su preferido indiscutible y fiel compañero de baños, el delfín azul (leed el primer capítulo) así que sin más demoras se dispuso a iniciar su experimento particular.

Tomó el blanco y se giró hacia el espejo solo se veía el vibrador, algo difuminado en la zona donde lo sujetaba con la mano, procedió a agarrarlo con ambas manos unidas como empuñando una pistola, observando como la parte central del vibrador casi desaparecía, convirtiéndose en una difuminada mancha grisácea contrastando vivamente con el color blanco de la base y la punta aun visibles del mismo.

Dejo el vibrador blanco en la cama y tomó el de color carne, repitió la operación de antes con él y descubrió que la parte sujeta por sus manos prácticamente desaparecía, llego a la conclusión de que con más de 5cm de carne rodeando un objeto este se difuminaba casi totalmente, dedujo que cuanto más dentro del cuerpo estuviera menos se distinguiría hasta llagar a ser imposible verlo.

Rosa estaba más que dispuesta a comprobarlo, sentada como estaba se dejo caer de lado y se inclinó un poco apoyando su mano izquierda en la cama, sujetó el vibrador de color carne asiéndolo por la base con su mano derecha y lo dirigió a su boca, Rosa entreabrió sus labios y paso su lengua por el prepucio de látex humedeciéndolo, notaba el deseo invadiéndola y sus pezones se la erizaron de inmediato, sintió su chochete empaparse al tiempo que su boca se llenaba de saliva.

Se introdujo el miembro de látex en la boca, sus cálidos labios envolvieron el rojizo capullo presionándolo y aflojando alternativamente mientras la mano lo empujaba suavemente dentro de su mojada y ansiosa boquita, cuando tenía como la mitad dentro de la boca miró de reojo al espejo, vio medio aparato en el aire como flotando, unos 8 Cm eran visibles fuera de su boca, le seguían unos 5 Cm cada vez mas difuminados y borrosos, el resto hasta los 20Cm de longitud total del vibrador eran invisibles pero estaban allí, ella los notaba contra la campanilla y sobre su lengua que jugueteaba contra el ahora invisible prepucio.

Jugueteo un poco con el miembro de látex, la forma de polla real que tenia la agradaba mucho y verse chupándolo la calentaba cada vez más, probó a metérselo mas y fue sacándolo mientras lo lamia sin parar envolviéndolo con su lengua y llenándolo de saliva, el resultado siempre que se miraba era el mismo, aquellos 5Cm borrosos permanecían difuminados justo a la entrada, se metiera lo que se metiera.

Sudorosa y jadeante, cachonda perdida nuestra amiga Rosa decidió pasar al siguiente nivel: su coño, y por dios, la ciencia, la pura curiosidad o lo que fuera, que iba a disfrutar todo lo que pudiera del experimento. Dejándose caer en la cama y abriéndose de piernas, su mano izquierda localizo el clítoris encontrándolo largo e hinchado de deseo, al tacto parecía un pistacho y deslizo repetidamente sus dedos sobre el acariciándolo gozosamente entre gemidos de placer.

Se sacó el vibrador chorreante de la boca y se lo paso por los labios externos de la vagina empapada, allí usando la mezcla de saliva y flujo vaginal como lubricante, fue recorriéndolos con el prepucio apretando un poco y colocando el aparato a lo largo de ellos, entonces activó el botoncito de vibrar y se sintió atravesada por ondas de placer, sintiendo su clítoris acariciado además de sus labios recorridos por oleadas de vibraciones intensas, Rosa gimoteaba temblando y suspiraba sin poder parar, apretando entre sus muslos al invasor y todo su cuerpo se tensó y arqueó en un orgasmo largo, tremendo y maravilloso, tembló y jadeo placenteramente con los ojos cerrados sin darse cuenta de un hilillo de saliva, que resbalaba de su entreabierta boquita mientras su cuerpo se relajaba.

Unos minutos después, aun cachonda pero más relajada decidió seguir experimentando, se puso de rodillas en la cama mirando de frente al espejo, las piernas entreabiertas para facilitar sus manejos “científicos” dejó a un lado el vibrador usado y cogió el blanco, lo mojó con saliva guiándolo a continuación a su mojado coñito, allí lo fue introduciendo solo un poco en su caliente cueva, apoyo la base del juguete en la cama y se fue dejando caer sobre el, Rosa solo veía la parte blanca que quedaba fuera de ella, el aparato desaparecía completamente al entrar en su coñito, se dio cuenta de que allí había más grosor de piel y musculo que aquellos 4 ó 5 cm de las manos, se levantó con el aparato dentro y acercándose al espejo sin dejar de observar fue cambiando de postura, se colocó de lado y se giro poco a poco hasta completar un circulo completo, tocó el botón del mango e hizo funcionar el vibrador en su interior mientras lo empujaba suavemente, hasta que estuvo totalmente dentro de su cuerpo.

¡Nada! No se veía nada, pero lo sentía todo ¡y de qué manera! Apretó las piernas para que no se saliese el vibrador y con ambas manos se acaricio los pechos, los amasó y tironeo de los pezones cerrando los ojos dejándose llevar por el placer, sintiéndose de maravilla suspiraba sin dejar de mover sus manos por sus pechos en un magreo hecho suavemente pero a conciencia, con el vientre atravesado por vibraciones intensas y los pezones erizados bajo sus dedos, su cuerpo se estremecía de gozo cuando decidió que quería tener una gran corrida.

Así que volvió a la cama y cogió el vibrador de látex, lamiéndolo viciosamente mientras volvía a colocarse de rodillas pero esta vez frente al cabecero con barrotes de esta, colocando la almohada entre sus piernas así de rodillas y perniabierta como estaba se sacó el vibrador blanco empapado de flujos del coñito, para ser rápidamente sustituido por el más grueso y realista de látex, suspiró de placer mientras entraba lubricado por su saliva en la funda chorreante de flujos que era en aquel momento su coño, activándolo seguidamente y poniéndolo a vibrar en su interior.

Acto seguido volvió a coger el blanco aun vibrando y cubierto de flujo, dirigiéndolo a su esfínter y empujándolo suave pero decididamente, consiguiendo que penetrara unos centímetros en su culo, se sentó sobre la almohada empujando ambos vibradores dentro de ella, el blanco moviéndose según entraba en su culo la dolía un poco, pero era mucho más el placer que sentía con aquella doble penetración.

Agarrándose con las manos a los barrotes del cabecero, inicio el bamboleo con la pelvis insertándose más dentro ambos juguetes en su coño y culo, dando saltitos y meciéndose perdiendo paulatinamente el control cuanto más placer sentía, al poco sus manos soltaron los barrotes y volaron a sus pechos estrujándolos y sobando sus pezones sin piedad, su cuerpo saltaba cada vez más rápido atravesado por las vibraciones el grosor de ambos dildos en su interior, toda ella se estremecía y arqueaba de un placer incontrolado e intenso.

Rosa llegó, ¡y vaya si llego! Fueron varios orgasmos consecutivos los que sintió, corriéndose entre gritos y gemidos como si el gustazo recibido partiendo de su vagina y ano le subiese por el cuerpo y los pechos hasta reventarla en el cerebro, con el cuerpo arqueado y agitando la cabeza por el placer, con los ojos en blanco y el cuerpo estremecido no se dio cuenta del tiempo que disfrutó ni el número de corridas que su cuerpo consiguió, su cuerpo cayo de lado en la cama entre temblores, ella apagó los vibradores y los sacó de su interior tirándolos a un lado mientras se quedaba muy quieta relajándose abrazada a su almohada, ahora empapada de flujos vaginales.

Mientras tanto en el pasillo, Susana la madre de Rosa estaba dudando si había oído ruidos en la habitación de su hija, llegó a casa después del trabajo en el laboratorio y al pasar a la cocina vio la nota que ella había dejado diciendo que salía y volvería tarde, fue a su habitación para ponerse cómoda y tras desnudarse, se puso su pantaloncito corto gris y su camiseta de tirantes roja que tanto gustaban a Ramón, su marido y compañero de trabajo en el laboratorio que hoy llegaría algo más tarde pues estaba liado experimentando con un gel recién descubierto, estaba tan obsesionado que hasta se había traido una muestra a casa.

Entonces creyó escuchar ruido y unos grititos en la habitación de su hija, salió al pasillo y ahí estaba dudando si entrar o no entrar, finalmente llamo a la puerta y entro en la habitación, no había nadie pero olía raro como a sexo y la cama estaba revuelta, pero si hasta se notaba en las sabanas la forma que había dejado su hija, pensó en echarla la bronca cuando volviera a casa, cuantas veces la había dicho que fuera más ordenada con su habitación, entro y abrió la ventana para que se ventilase todo el olor, fue a salir y vio algo blanco en el suelo se agacho y recogió el vibrador algo sucio, ¡joder! Desde que la niña perdió el trabajo estaba comportándose rara y algo desanimada pero esto ya era demasiado, se sentó en la cama de golpe y fue a caer sobre una de las piernas de rosa que no pudo evitar un gemido de dolor:

– Ayyy mira donde te sientas, mama – dijo Rosa inconscientemente.

Susana dio un respingo y saltó de la cama, pegándose a la pared y buscando con la mirada a su hija por la habitación sin verla, el susto había sido tremendo estaba pálida y el corazón la iba a 1000.Rosa se tiró de la cama por el lado opuesto a su madre, allí cogió la sabana y se la echó encima cubriéndose con ella, la madre se quedo mirando aquel bulto que surgía del otro extremo de la cama de su hija y decía:

– Mama no te asustes, ha pasado algo y necesito tu ayuda.

A todo esto siguió un buen rato de confusión y preguntas que seguramente os aburrirían, bastara con decir que Rosa le conto a su madre como se había vuelto invisible, lo del baño que la cambio, la botella que guardaba en la nevera con agua para analizar, y su aumento de apetito sexual, la madre la tacho de inconsciente pero su instinto científico pudo más que otras consideraciones, de momento ocultarían a Ramon lo que había pasado, ella se ocuparía de las pruebas y la cuidaría, charlaron casi una hora hasta que oyeron la puerta de la calle y Susana dijo:

– Bien ahora recuerda que tú no estás en casa, no hagas tonterías para no despertar sospechas, mañana no iré a trabajar y seguiremos hablando del tema a ver cómo te podemos hacer visible de nuevo, ahora descansa.

– Vale mama, te quiero.

– Y yo a ti, ahora tranquilita y a descansar.

Susana se reunió con su Ramon y los oyó hablar mientras cenaban, luego se fueron a la cama y finalmente todos pudieron dormir pero…

Aquella noche pasaron cosas, a Rosa la bajó la regla y como todos sabemos, el cuerpo de la mujer se auto regula por su propia naturaleza, o tal vez fue la medicación que tomó, tal vez fue solo la casualidad y los efectos del baño simplemente pasaron solos, el resultado final es que a la mañana siguiente y bañada por la clara luz del amanecer que entraba por su ventana, Rosa despertó gloriosamente bella, desnuda y visible en su cama.

*****FIN DE LA PRIMERA PARTE.*****

Bueno amig@s, le daremos a Rosa unas pequeñas y bien ganadas vacaciones, se que el tema da para mucho mas y tengo en mente unas cuantas situaciones morbosillas que seguramente os gustaría leer, (algunas con una sola mano) pero se necesitaba el componente de la complicidad, ¿porque no meter más personajes que pudieran ser invisibles? pensadlo… una pareja echando un polvo en la hierba del campo de futbol durante el concierto de… ahí a la vista de todo el mundo pues el evento es retransmitido a nivel mundial, o algo tan simple como follar en un autobús medio lleno sin que nadie a tu alrededor os vea pero si os oiga… animando al personal.

Tal vez os parezca bien dejarme algunas ideas en la sección comentarios, que sepáis que la de Ramon y Susana, Junto con Rosa y Edu, todos invisibles haciendo una orgia en la playa de Benidorm en pleno mes de agosto a las 3 de la tarde y con todo abarrotado de veraneantes, ya se me ha ocurrido a mí.

Tampoco tengo ni quiero tener la exclusiva de gente invisible, los que se animen y quieran hacer algo parecido, serán leídos gustosamente por todos, estoy seguro y especialmente por mí.

Ahora en serio, gracias por vuestra atención y vuestros amables comentarios, sed felices y recibid un fuerte abrazo.

PARA CONTACTAR CON EL AUTOR:

javiet201010@gmail.com

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