…. El hombre le explicó a Nuria que iría a la cocina un momento. Le indicó que aprovechara para ponerse cómoda y que enseguida volverÍa. La joven vió como Damián desaparecía por el pasillo y con mucho nerviosismo comenzó a desabrochar su blusa. Se la quitó y la apoyó en el sillón de la esquina. Miró hacia el pasillo y desabrochó su pantalón. Descalzándose y quitándose los calcetines se acercó a la cama. Sin pensárselo dos veces se quitó el pantalón. Se miró en un espejo que había frente a la cama. Se ruborizó al verse en braguitas en la habitación de un hombre que apenas conocía. Nuria se tumbó en la cama. Su corazón latía muy acelerado…

    Damián terminó en la cocina y pensó que aquella muchacha ya había tenido tiempo para relajarse un poco. La verdad, él también estaba nerviosísimo pensando que sucedería con ella. Recordaba la tarde anterior y deseaba volver a tener la oportunidad de admirar su joven cuerpo desnudo. Al girar en el pasillo, pudo ver los pies de la joven sobre la cama. Según se iba acercando pudo ver que sus piernas estaban desnudas. Al llegar a la habitación la vió tumbada en su cama. Estaba preciosa. Estaba tan sólo con un sujetador azul y una braguita del mismo color. Sus miradas se encontraron y las mejillas de la joven se ruborizaron.

      – Tranquila pequeña , no sientas vergüenza. Eres una muchacha preciosa…

      – Gracias , usted es muy bueno y agradable conmigo.

 

     El hombre se sentó en la cama a su lado y le acariciaba el cabello transmitiéndole confianza y cariño. Ella al sentir aquellas caricias se acercó a él.

         – Te gusta haber dado el paso de venir a junto mío?

         – Si . Pero siento muchos nervios y vergüenza…

         – Hagamos como antes Nuria, cierra los ojos cariño…- La joven los cerró y él siguió hablándole con mucha ternura – Quieres que te vea otra vez desnuda? Contesta con tu cabeza.

         Nuria asintió. Damián le hablaba al oído. Su voz era grave y le transmitía sensación de protección. Con delicadeza la giró poniéndola boca abajo. Ella con los ojos cerrados sentía la mano de aquel hombre acariciar su cabello,su espalda. Su corazón latía desbocado. Los dedos hábiles de aquel hombre desabrocharon su sujetador. Nuria escuchaba como ese señor le decía palabras cariñosas mientras le deslizaba las tiras del sujetador por los brazos y se lo quitaba. Aquella mano acariciaba de nuevo su espalda. Estaba caliente.Nunca la acariciaran con tanta delicadeza. Su cuerpo tembló al sentir la caricia de ese hombre en sus nalgas por encima de la braguita.

           Damián miraba el hermoso cuerpo de aquella jovencita. Su piel era suave. Su excitación era muy fuerte. Tenía en su cama a la jovencita que tantas veces había imaginado desnuda. La muchacha que tantas veces había espiado con su novio, había ido a su casa para estar sola con él. Damián gimió de placer al acariciar las nalgas de la pequeña. Sus dedos agarraron con suavidad el borde de la prenda íntima y la comenzó a bajar. Nuria presa de la vergüenza se tapó la cara con la almohada. Un sin fin de sensaciones se apoderaron de su cuerpo al sentirse desnuda. Un intenso cosquilleo se apoderó de su sexo al sentir que aquel señor acariciaba sus nalgas desnudas y separándolas un poco le decía:

          – Tienes un culo y un ano precioso…

       Nuria no pudo evitar gemir cuando sintió los dedos de aquel señor rozar su rajita húmeda.

         – Estoy mirando tu rajita Nuria, disfruta pequeña

         – Mirela Damián – respondió ella excitada por el morbo de sentir que la miraba.

       Damián la giró de nuevo poniéndola boca arriba. Nuria con la cara tapada por la almohada se estremeció al sentir que ese hombre la estaba mirando totalmente desnuda. Le acarició los pechos. Jamás había pensado que sus pezones se podían poner tan duros. Aquel hombre sabía cómo acariciarla y darle placer. Su mano bajó hacia su rajita y se la acarició. Damián se sorprendió de lo mojada que estaba aquella jovencita. Sentirla así lo hizo gemir de morbo. Aquel sexo era hermoso. Al separar sus labios se sorprendió al ver su color rosa intenso. El clitoris juvenil asomaba rogando ser iniciado al placer. Llevaba dieciocho años oculto entre aquellos pliegues deseando ser mimado y besado por alguien. Damián miró el clítoris de la muchacha y supo entender que reclamaba. Un intenso gemido escapó de la garganta de la jovencita cuando sintió que ese señor le besó su rajita y sus labios rozaban su clítoris. Lamió con verdadero placer aquel delicioso coño lleno de abundantes flujos. Nuria gemía muy excitada y sorprendida por el placer que aquel hombre le hacía sentir.

         Se excitó muchísimo cuando al separarse un poco, vió como Nuria levantaba las caderas buscando su boca. Aquella muchacha se moría por sentir que le lamía el coño. Damián lamió su clítoris y cuando vió que la muchacha iba a sentir orgasmo, lo atrapó entre sus labios y succionó hábilmente. Fue el orgasmo más maravilloso que había presenciado nunca. El cuerpo de aquella joven se agitaba en convulsiones maravillosas de placer. Nuria sintió que Damián retiraba la almohada y se ruborizó al verlo. Él la abrazó. Besando su cabeza mientras la joven aún sufría pequeñas convulsiones le hablaba al oído tranquilizando…

         Nuria se abrazaba a Damián muy fuerte. Pensaba que nunca había imaginado que se podían sentir orgasmos tan intensos. Lo miraba con reparo y a la vez con agradecimiento por haberla hecho sentir tanto placer…

          – Damián….- le dijo ella con voz nerviosa

          – Dime pequeña….

          – Me gustaría poder verte como ayer – Nuria se sonrojó al reconocerle a aquel hombre su deseo de verlo desnudo.

          – Claro Nuria, me veras como desees….

        Damián besó la cabeza de la joven y ella lo miró. Muy nerviosa puso la mano sobre los ojos de él tapándose los y acercó su boca a la de ese hombre. Sus labios entreabiertos lo besaron. Damián se estremeció al sentir que aquella muchacha lo besaba en la boca profundamente….

 

(CONTINUARÁ)

Damián estaba muy excitado al sentir como aquella joven, lo abrazaba y besaba profundamente. La petición de la muchacha, por verlo como la tarde anterior, le hizo sentir cierto reparo.Pero deseaba agradecerle a Nuria, todo lo que estaba sucediendo en esos momentos. Se levantó de la cama y de pie, al lado de ésta, comenzó a desabrocharse la camisa. Nuria lo miraba con curiosidad y nerviosismo. Al sacarse la camisa, ella miró su pecho cubierto de vellos canosos. Damián miraba el cuerpo de la joven y sentía su virilidad totalmente inflamada. Nuria separó un poco sus piernas al darse cuenta que Damián buscaba su sexo con la mirada. Vió como él , se desabrochaba el pantalón y se lo quitaba. Ella se dió cuenta que estaba excitado, pues el sexo de aquel señor, se marcaba con claridad bajo la tela del slip. Damián sentía la mirada de aquella joven en su slip. Nadie le había mirado con tanta espectación. Se bajó el slip. Su polla empalmada, estaba a la vista de Nuria y un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar como la pequeña gemía al mirar su polla.

      – ¿Cómo quieres verme cariño? – Damián rompió el silencio preguntando que deseaba la joven.

      – Me gustaría verte como ayer, en el sillón – Nuria sentía vergüenza por decir lo que deseaba.

        Él se acercó al sillón de la esquina y apartando la ropa de ella, se sentó. Veía a Nuria desnuda. Aún tenía el sabor de su coño en la boca. Mirando entre las piernas de la joven, llevó su mano a su polla y la rodeó con sus dedos. Nuria observaba con verdadera devoción, como el hombre comenzó a masturbarse para ella. No podía apartar la mirada del sexo de aquel señor. Era gordo y sus venas se marcaban en la fina piel de su polla. Miraba los testículos de aquel hombre. Eran grandes y cubiertos por pequeños vellos blancos.

     Comenzó a acariciarse el sexo mirando a Damián. Un gemido de ese hombre, le hizo comprender que le excitaba mirarla tocándose. Por primera vez en su vida, se estaba masturbando delante de otra persona. Miraba la polla de aquel hombre y su sexo rogaba ser masturbado más fuerte y rápido.

        Damián, vió como Nuria se levantaba de la cama y se acercaba al sillón donde él estaba. Se arrodilló delante de él. Damián había detenido su masturbación al no saber que deseaba la muchacha. La miraba como interrogándola por sus deseos.

         – Siga por favor, acaríciese…

        Sólo deseaba hacer realidad los deseos de Nuria. Sabía que los deseos de ella, serían los deseos suyos. Siguió masturbándose. La cercanía de la joven hizo aumentar su excitación. Nuria miraba fascinada aquella polla. Se sorprendía al ver el glande amoratado de aquel señor. Brillaba y estaba mojado. Volvió a mirar aquellos testículos. Ahora estando tan cerca, sentía que le excitaba mirarlos.

          Damián gimió, cuando sintió la mano suave de Nuria acariciarle los huevos. Se miraron y en sus miradas veían la vergüenza por lo que sentían pero también la excitación. Aquella muchacha le acariciaba con curiosidad los huevos y le hacía gemir. Sintió los dedos de Nuria acariciar la base de su polla. Paró de masturbarse y dejó que ella saciara su curiosidad. Los dedos de aquella joven se deslizaban por su polla. El rostro de ella era de fascinación. Damián sentía la yema de sus dedos recorrer las venas. Gimió cuando Nuria  los pasó con delicadeza  por su glande. Su polla iba a explotar de placer como esa joven no parara de tocarlo así. Nuria miró la cara de Damián y vió que tenía los ojos cerrados y gemía. Comprendió lo que necesitaba ese señor. A pesar de sus temores por no saber hacerlo bien, agarró aquella polla con su mano y comenzó a masturbarla. Damián se moría del placer que le estaba dando aquella muchacha.

           Aquella mano suave le estaba dando el mayor placer de su vida. Nuria aumentó el ritmo.. Jamás había imaginado que le haría una paja a un señor tan mayor y le encantaba hacerlo.Aquella polla estaba caliente y totalmente dura. Nuria llevó su mano libre entre sus piernas y comenzó a tocarse mientras masturbaba a ese señor.

         Damián gemía. Podía sentir en su polla la respiración entrecortada de la joven. Nuria gimió al sentir como aquel sexo excitado rozaba su cara. Nunca había tenido tan cerca de su cara un sexo masculino. Masturbaba a ese señor con rapidez. El olor de aquella polla acariciaba su nariz. Era un olor desconocido para ella. Se sorprendió acercando su nariz y oliendo el glande de aquel señor. Le gustaba aquel olor. Damián estaba alterado totalmente por lo que estaba haciéndole aquella muchacha. Nuria no pudo evitar acercar sus labios y besar la amoratada punta de aquel fascinante miembro. Su clítoris estalló de placer al ver el primer chorro de semen salir de aquella polla. Después otro chorro y otro….Nuria miraba fascinada la polla de ese señor correrse, en un orgasmo muy fuerte, provocado por ella.

        Se miraron exhaustos y Damián la cogió en brazos. Sus mejillas estaban coloradas. Ninguno de los dos sabía si era por la vergüenza de lo vivido, o por el fuerte orgasmo que habían sentido.

        Esta vez, fue él quien acercó su boca a la de ella y ella abrió sus labios. Se besaron. . Damián pensaba hasta ese día, que jamás volvería a vivir de nuevo esa pasión. Nuria mientras lo besaba, pensaba que por fín estaba descubriendo esa pasión que tantas veces había leído y escuchado hablar sobre ella…

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