La feria
Desde hace una semana que trabaja en la hacienda, decidió buscarse un trabajo para no pasarse todo el día en la casa encerrado teniendo que tolerar a sus hermanos mayores que no lo dejan en paz. No tiene amigos y ciertamente no extraña a ninguno de sus compañeros de curso con los cuales se lleva pésimo, de hecho el ansiaba que llegaran las vacaciones para no tener que verlos por al menos dos meses. No tiene polola ya que Ignacia, una guapa compañera de curso en la que se intereso se aprovecho de su ingenuidad para jugarle una broma pesada dejándolo en ridículo frente a sus compañeros, así que Joaquín tiene buenas razones para preferir estar ahí antes que ir a la piscina y toparse con alguien del colegio.
Su día empieza a eso de las seis de la mañana, se levanta cuando todos en la casa duermen, mejor piensa él, así evita a sus hermanos, que saben de sus problemas en el colegio y se los recuerdan a cada rato, y se va en bicicleta hasta la hacienda Los Manantiales, que esta en las afueras del pueblo y es una de las más grandes de la región. Desayuna ahí junto al resto de los trabajadores que siempre lo molestan por su aspecto flaco y desgarbado, sin embargo sus bromas son bastante más tolerables que las que recibe en el colegio y una vez que empiezan a trabajar las bromas se terminan, pese a lo exigente que es su trabajo desde el punto de vista físico Joaquín lo disfruta, se siente útil y de paso se gana unos pesos que le viene muy bien, aunque el dinero no es la verdadera razón de por que esta ahí.
El sonido de un motor lo hace reaccionar sacándolo de su trabajo mientras termina de ordenar los implementos y herramientas en el establo. Mira la hora en su reloj, “10:30, puntual como de costumbre” dice él y se asoma discretamente al portón. Ahí esta la verdadera razón por la cual quiso venir a trabajar a este lugar, Maria.
Es la dueña de Los Manantiales y una mujer reconocida por su fuerte carácter y temperamento, no por nada le dicen La Fiera, pero además por ser poseedora de una exuberante e impresionante belleza. Como todos los días visita sus establos en ese horario, se asegura que no falte nada y aunque conversa con el capataz que la pone al tanto de todo ella revisa por cuenta propia el lugar, y en esta ocasión lo hace sorprendiendo a Joaquín cuando entra al establo donde trabaja.

“¿Todo en orden?” le pregunta ella con su característica voz marcada por un tono de mando, Joaquín solo asiente con la cabeza, se siente intimidado no solo por su reputación que llega a ser casi legendaria, también por su belleza. “¿Aprendiste a acicalar los caballos?” le pregunta mientras se pasea por el establo, pero Joaquín no le responde, esta hipnotizado por la belleza de Maria, que a sus 44 años parece estar en su apogeo, “te hice una pregunta” recalca ella sorprendiéndolo observando su voluptuoso cuerpo de forma muy poco disimulada y que luce espectacular en esa camisa de hombre a cuadros, jeans azules y botas de cuero además de su tradicional sombrero vaquero, “si señora” le responde con su voz algo temblorosa, “levanta la vista” le dice ella, “se que se hablan muchas cosas de mi pero créeme no te voy a morder”, él lo hace y sus ojos se encuentran con los preciosos ojos pardos de Maria que parecen estarlo escudriñando en lo más profundo de su ser.

“Así esta mejor, sigue con lo tuyo volveré al día siguiente”, Maria se retira a paso firme, Joaquín no puede evitar poner su mirada en aquellas preciosas nalgas bien marcadas en esos jeans y ciertamente no es el único que lo hace, todos miran pero nadie se atreve a decirle siquiera un piropo y arriesgarse a llevarse un reto de su parte.
“El sabe tanto del campo como yo se de física nuclear” dice el capataz sobre Joaquín, Maria sonríe al escucharlo, “pero admito que él chico se esfuerza y trabaja duro” agrega después. Desde que la vio por primera vez cuando se topo con ella en el pueblo Joaquín quedo prendido de Maria, cautivado por esa belleza y la sensualidad que irradia de forma natural, su carácter y temperamento también lo atrajeron mucho, es una mujer ruda y no tiene problemas en demostrarlo, por ello decidió pedir trabajo en el lugar y si bien la ve solo una o dos veces al día para él es suficiente premio que compensa el tener que levantarse temprano y quedar rendido por el pesado trabajo.
Ya son casi ocho de la noche y Joaquín esta terminando con lo suyo. Esta más cansado que nunca, hoy fue un día particularmente pesado por los problemas que causa un caballo que llego recientemente. Se escapo en un par de ocasiones y a él lo culparon diciendo que lo había dejado mal amarrado pese a sus alegatos de lo contrario, el capataz amenazo con echarlo por esto.
Joaquín toma su bicicleta pero prefiere irse caminando ya que las piernas le duelen mucho como para pedalear, esta enrabiado por lo sucedido y bajo su aliento murmura una que otra palabra sobre la mama del capataz. En ese instante una bocina lo hace reaccionar, Joaquín se asusta tanto que tropieza y cae al suelo. “Lamento haberte asustado” le dice Maria que se baja de su camioneta y se inclina ofreciéndole una mano a Joaquín que de paso tiene una vista privilegiada de los grandes pechos de Maria a través del escote de su camisa, ella obviamente se da cuenta de tan indiscreta mirada pero no le dice nada, “vamos te llevo a tu casa te ves exhausto”, Joaquín deja su bicicleta en la parte trasera de la camioneta y sube, es la primera vez que esta a solas con Maria.
“El capataz me dijo lo que paso con el caballo hoy” dice ella y Joaquín esta a la espera que lo despidan, “pero no fue culpa tuya” le dice, “¿no lo fue?” pregunta él sorprendido, “no, hace una semana le dije que debía reforzar el corral y no lo hizo, además quien debía amarrar el caballo era él no tu”, Joaquín suspira visiblemente aliviado, “dime una cosa” dice Maria mientras conduce por un tranquilo camino rural, “¿por qué pediste trabajar en la hacienda?” pregunta, “pues por que necesito dinero” responde él, de hecho esa respuesta la tenia preparada, pero Maria ve de inmediato a través de la mentira, “hay muchos trabajos para un chico de tu edad en vacaciones que son bastante mas cómodos y productivos que romperse la espalda en el campo”, Joaquín se queda en silencio, no esperaba esta respuesta, por suerte Maria no insistió en la pregunta y pronto llego a su casa. Sus padres salen a recibirlo y Maria conversa brevemente con ellos diciendo solo palabras amables de él, “es un buen trabajador y muy empeñoso” agrega ella y antes de irse se despide de Joaquín dándole un beso en la mejilla que lo deja completamente paralizado, se siente como si Maria le hubiese dado un beso en la boca.

En la hacienda Joaquín trabaja con más ganas que nunca, se le ve más activo y a aprendido bastante, sin embargo aun se pone tenso cuando aparece Maria y eso le molesta que no sea capaz de controlar sus nervios. La ultima vez que la vio ella andaba de malas por demoras en unos trabajos. Joaquín ahí supo por que le dicen la Fiera y saco a relucir todo su carácter levantando su voz de forma considerable a unos trabajadores que no cumplieron con lo ordenado, sin embargo cuando hablo con él mantuvo un tono amable.
Ya es tarde y Joaquín esta solo en el establo, ahora como le tienen más confianza lo dejan por su cuenta y esta terminando de acicalar los caballos, además hay visitas en su casa y no tiene interés en volver temprano hoy. “¿Sabes montar acaballo?” le pregunta Maria que aparece en ese momento con una silla de montar en sus manos, “no señora” le responde él, “bien, ahora vas a aprender, partamos por el ensillado” y Maria comienza a enseñarle como ensillar un caballo. Joaquín le pone atención y hace lo que ella le dice, aunque con ciertos errores pero nada grave, “ves que no es difícil, ahora vamos a pasear”.
Con mucha agilidad Maria se sube al animal, “vamos dame la mano y subes tras de mi”, Joaquín se queda incrédulo, “vamos que esperas ven acá”. Finalmente lo hace y se sube. “Sujétame de la cintura con fuerza”, aquí Joaquín se pone aun más nervioso y tímidamente apoya sus manos en la angosta cintura de Maria, “así no muchacho, así” le dice de forma impaciente y literalmente lo obliga a que la abrace, “ves, así te sujetas con fuerza, ahora nos vamos” y Maria dándole un espuelazo al caballo este sale a toda velocidad por el campo.
Joaquín se sujeta tan fuerte como puede mientras cruzan un hermoso sector de la hacienda, pero no disfruta del paisaje, más bien disfruta al estar tan cerca de Maria, abrazándola y sintiendo su majestuoso cuerpo, su cabello castaño ondulado rozándole el rostro y el suave aroma de su piel. Joaquín simplemente esta en las nubes y no quiere descender. “Oye ya llegamos” le dice ella y Joaquín vuelve en si, “por lo visto disfrutaste el paisaje” le dice en broma y él solo sonríe nerviosamente. Joaquín desmonta primero pero cuando lo va hacer Maria el caballo se mueve de improviso y él reacciona para sujetarla, sin embargo por el impulso Maria lo empuja y lo derriba también terminando ambos en el suelo con Maria encima de un desconcertado Joaquín que quedo con su rostro metido en su escote.
“Buena atrapada chico, ¿estas bien?” le pregunta ella que se pone de pie, “si, estoy bien” le responde, “ya lo creo” agrega con una sonrisa llena de coquetería de su parte mientras se arregla los botones de su camisa varios se le abrieron mostrando un escote mayor a lo habitual. Caminan hasta la orilla de una laguna, es un sitio precioso y Maria planea hacer algunas cabañas para sacar provecho del turismo de la zona, sin embargo se muestra más interesada en Joaquín y le hace algunas preguntas acerca del por que vino a trabajar y de si es cierto lo que ha escuchado acerca de él y los problemas en el colegio.
Como nunca Joaquín acepto hablar con ella de estos temas, él siempre había sido muy cerrado y jamás había discutido de esto con nadie ni siquiera con su familia. Maria lo escucha atentamente y de cuando en cuando le da unas palabras de aliento y apoya una mano en su espalda, Joaquín siente un gran alivio al desahogarse, es como si se hubiera sacado un peso de encima y ahora respira más aliviado. “No le hagas caso a esa mocosa, solo mantente firme y anda siempre con la frente en alto, seguramente llegara el momento en que se dará cuenta lo que se perdió contigo” le dice Maria “se ve que eres un buen chico, algo inocente pero buen chico” dice con una sonrisa, “se hace tarde, ahora vamos de regreso y tu iras en las riendas”.
Joaquín sube al caballo y Maria se pone tras él tomándolo con fuerza de la cintura y además apoyando sus grandes pechos contra su espalda. Joaquín los siente de inmediato y Maria parece hacerlo apropósito. En el trayecto de regreso Joaquín demuestra una considerable habilidad para montar, algo que sorprende a Maria. “Eres un jinete innato” lo felicita ella que lo va a dejar al ser ya muy tarde. “Nos vemos” y le da un beso en la frente. Joaquín esta tan alegre esa noche que las bromas de sus hermanos ni siquiera lo afectaron, y estando ya en el baño duchándose se hace una tremenda paja pensando en ella y en lo que haría con ese magnifico cuerpo maduro que tiene. Maria realmente le quita el sueño y lo calienta, basta solo un simple gesto de su parte y lo deja hirviendo.
Maria hace su ronda habitual de nuevo, han pasado unos días del paseo a caballo y ella nota a Joaquín de mal humor, “¿qué te pasa, tus hermanos de nuevo?” pregunta, “no, mis papas quieren que vayamos a pasar las vacaciones con unos tíos”, “¿Y acaso no quieres salir de vacaciones con tu familia, por que?”, “pues por…”pero en ese momento duda en responder, “por que no podré verte” completa la frase en su mente. Antes que Maria vuelva a preguntarle aparece el capataz y la llama algo preocupado. “Tendremos tormenta esta noche” le dice apuntando hacia las oscuras nubes que se ven en el horizonte y que avanzan de forma amenazante, “y será fuerte” agrega ella, “guarden todo dejaremos de trabajar ahora mismo quiero a todos en sus casas antes que comience la lluvia”, el capataz obedece y a gritos da las ordenes, Maria vuelve al establo y le dice a Joaquín que guarde todo y se vaya a su casa, “¿pero usted que hará?”, “yo debo recorrer el resto del campo para ver que este todo protegido”, “voy con usted, necesitara una mano” le dice y rápidamente deja todo en orden y luego se va con ella, Joaquín avisa a su casa que llegara tarde ese día.
Ambos visitan los invernaderos y se encargan de reforzarlos así como asegurarse que toda la gente se ha ido a sus hogares. Los silos de grano, las bodegas también son revisadas y que el ganado este protegido en sus corrales. En ese momento comienza a llover, primero de forma ligera pero pronto la lluvia va haciéndose cada vez más intensa. Ambos hacen un par de paradas más y luego Maria quiere ir a dejar a Joaquín a su casa, pero al llegar a un cruce se percatan que el estero se ha desbordado y no se puede pasar, “mejor vamos a mi casa, te quedas ahí hasta que pase la tormenta, avisamos a tu casa y mañana te voy a dejar” le dice ella.
Sin embargo el camino de regreso esta peor que antes y Maria tiene problemas en controlar el vehículo, hasta que en una curva y de forma sorpresiva pierde el control caen a una cuneta al costado. “¿Estas bien?” le pregunta ella preocupada, “si, solo algo mareado pero nada grave”, tratan de salir pero sin éxito ya que el vehículo esta enterrado en el lodo, “deberemos continuar a pie, estamos a poco más de un kilómetro, pero nos mojaremos bastante” dice Maria. Sin más remedio ambos se bajan de la camioneta en el momento en que la tormenta arrecia con toda su fuerza y la noche se ve iluminada por los relámpagos. A duras penas ambos avanzan en medio de la lluvia y el viento, Joaquín tropieza un par de veces y Maria lo toma de la mano para poder ayudarlo y se refugian a la sombra de un añoso sauce cuyas tupidas hojas les dan algo de protección de la intensa lluvia.
Sin aliento ambos se protegen ahí, están empapados y calados hasta los huesos, pero Joaquín es quien esta peor, no estando acostumbrado a esto él tirita de frió y Maria se acerca y lo abraza, “abrázame fuerte eso te ayudara a pasar el frió” le dice al oído y él lo hace. Ambos se quedan ahí en silencio, Joaquín siente no solo el calor del cuerpo de Maria, también siente su voluptuosidad y al estar mojada eso parece hacer más intenso el aroma de su piel. Ella lo protege y hace apoyar su cabeza en su pecho, Joaquín respira de forma agitada y su aliento cálido Maria lo siente sobre la parte superior de sus senos.
“Dime una cosa, ¿por qué viniste a trabajar a esta hacienda?, no fue por dinero, ni diversión, ni por aprender, ¿por qué fue?” le pregunta ella ahora que lo tiene más cerca que nunca, “fue para verla a usted” le responde él, Maria se ríe un poco “ya lo sabia” contesta ella y Joaquín levanta la cabeza y la mira a los ojos sorprendido, “tengo 44 años y mucha experiencia, crees que por la reputación que tengo no me doy cuenta de estas cosas, crees que no me iba a dar cuenta de las miradas indiscretas de un chico de tu edad, desde que te vi por primera vez lo supe de inmediato, al comienzo no pensaba contratare pero algo en tus ojos me hizo cambiar de idea”, Joaquín baja la vista sintiéndose avergonzado, pero Maria lo toma del rostro y lo hace levantar la mirada otra vez.
“Cuando me miras tengo la impresión que me desnudas con la mirada, que me deseas cierto”, Joaquín asiente con la cabeza, “pues te diré que muchos hombres han llegado a este lugar con la intención de acostarse conmigo y han fallado, pero tu eres el primero que llega simplemente con la intención de solo verme y nada más”. Joaquín sonríe, “y por ello te daré el premio que tanto deseas”. Antes que Joaquín diga algo Maria le da un beso, un beso cargado de lujuria y pasión que lo deja completamente desconcertado y sin respuesta, “ahora ya no seré tu jefa, seré tu amante” le dice ella que de nuevo vuelve a la carga, pero esta vez Joaquín le responde como debe y no solo le devuelve el beso, desciende sus manos por la espalda de Maria y atrapa ese trasero que tantas pajas le ha provocado hasta ahora apretando con fuerza esas nalgas bien marcadas en los ajustados jeans.
La tormenta, la lluvia y el frió pasan a un segundo plano en comparación a la tormenta que se ha desatado entre ambos. Los besos se hacen más ardientes entre ellos y sus lenguas se cruzan a cada momento, Maria pacientemente le enseña el arte de besar a una mujer y como usar su lengua para ello y Joaquín demuestra estar a la altura del desafió, no solo usa su lengua de buena manera también sus manos que siguen agarrando y sobando el culo de Maria y con sus dedos presiona entre sus nalgas haciéndola suspirar notablemente, “me encanta ese trasero” le dice él mientras la besa en el cuello, “es todo tuyo” le responde Maria.
Ambos se apoyan contra el árbol, ella dándole la espalda y moviendo sus anchas caderas restregándole el culo sobre su miembro que esta duro como acero y Maria lo siente de forma muy evidente. Le toma las manos y las lleva hasta los pechos que él tanto desea, “ya sabes que hacer” le dice y Joaquín se los acaricia con muchas ganas, demasiadas ganas, “más despacio muchacho, son sensibles” le dice Maria y Joaquín baja las revoluciones un poco. El tamaño de los mismos lo impresiona, son grandes muy grandes y los aprieta suavemente sintiendo la firmeza de los mismos. Joaquín sigue besándola en el cuello y ambos juguetean con sus lenguas entre si pese a que la lluvia los empapa, Maria mueve sus caderas presionando su trasero contra Joaquín y este le masajea sus senos que tanto enloquecen a los hombres.
Joaquín mete sus manos bajo la camisa de Maria y siente la suave piel de sus pechos, poco a poco Maria se abre los botones de su camisa lentamente uno a uno para impacientarlo, ella lo disfruta tanto como Joaquín. El frió de la noche, la tormenta y la fuerte lluvia no es un problema para ellos que generan tanto calor como para derretir el hielo. Joaquín le aparta el sostén y los pechos de Maria literalmente brincan fuera mostrando su gran tamaño y firmeza con sus pezones erectos y duros. Cuando él se los roza con la punta de sus dedos ella gime profundamente, “mmm, así lo haces bien” le dice una muy excitada Maria.
Él se toma su tiempo para acariciar esos pechos, se los frota y juega con ellos, espero tanto por esto que ahora quiere hacerlo bien y Maria se chupa sus propios pezones y se besa con Joaquín que no deja de masajearlos en ningún momento. Maria le toma una mano y la lleva hasta ponerla entre sus gruesos muslos, él le sigue el juego y le frota su entrepierna pasando toda su mano, Maria se calienta más aun y Joaquín redobla los esfuerzo al verla como reacciona, “jamás pensé que estaría así contigo” le susurra al oído, “a veces los sueños y fantasías se hacen realidad” le responde.
Maria se abre sus jeans y Joaquín mete su mano debajo sintiendo el vello pubico y de ahí estira sus dedos hasta llegar a su sexo, “lo sientes, esta ardiente, esta mojado por tu culpa” le dice con un hilo de voz y Joaquín se lo frota delicadamente presionando sus dedos contra su vagina metiendoselos parcialmente. Los gemidos de Maria se hacen descontrolados mientras Joaquín le mete mano en su coño y le soba sus impresionantes pechos, “¡vamos, así, así no pares!” dice ella al sentir los dedos de Joaquín entrando y saliendo con fuerza al tiempo que él juega con sus pezones pellizcándoselos delicadamente mientras la lluvia los moja a ambos.

A ninguno de los dos le importa un carajo la tormenta que ruge en ese momento, Maria se quita sus botas y sus jeans, se aparta su calzón y le muestra su ardiente coño a Joaquín. Ella se apoya contra el sauce exhibiendo su culo redondo y bien parado,“ven acá y hazme una paja con tus dedos”. Joaquín no lo piensa dos veces y presiona sus dedos en el sexo de Maria que esta completamente mojado no solo por la lluvia, le mete dos y luego tres dedos. Ahí le hace un furioso movimiento de mete y saca haciéndola gritar de placer, Joaquín no le da tregua y sigue masturbándola e incluso le mete un dedo en su culo cosa que la enloquece, “¡vamos, mas fuerte, mas fuerte, ah, ah, ah!” pide ella demostrando que no solo es una Fiera por su carácter, también lo es cuando se excita. Maria agita sus caderas y presiona con su voluptuoso cuerpo sobre los dedos de Joaquín para meterselos bien adentro en ambos agujeros haciendo que sus senos se balanceen.
“¡Usa tu lengua, dame con tu lengua ahora!” le pide Maria y se hinca observando atentamente sus partes más intimas. Ella lo toma por sorpresa y con una mano lo carga sobre su sexo, Joaquín se ve sorprendido pero pronto se recupera y hace lo que ella le pide haciéndola gemir hasta dejarla sin aliento, por primera el siente el sabor de una mujer en su boca y Joaquín no se cansa de ello. Mete su lengua y la mueve en su sexo, le da unas tremendas lamidas partiendo de su ano hasta llegar a su clítoris que también se lo chupa, él la siente como reacciona, como su cuerpo se estremece, Maria siente como un shock eléctrico que la recorre de punta a punta y la deja sin habla. Joaquín usa sus dedos hábilmente y mientras le devora el coño le mete los dedos en su trasero casi haciéndola acabar de esa manera.
Maria se pone de pie y se besa nuevamente con Joaquín, “las chicas te van a dorar, sabes como lamer el coño de una mujer muy bien” le dice sonriendo. La lluvia sigue continua y debido al viento esta los moja a los dos, pero no les importa, siguen follando como locos bajo ese árbol y Joaquín esta teniendo la experiencia de su vida junto a Maria que también lo esta gozando al follarse a un chico que podría ser su hijo. “Dime una cosa, ¿cuándo te pajeas por mi me imaginas haciéndote una mamada?” le pregunta ella mientras se besan y le abre los pantalones, “pues si”, “¿te gustaría ver tu miembro desaparecer entre mis labios, que te la chupe, que pase mi lengua sobre tu verga?”, “pues seria genial” responde Joaquín.
Maria mete una mano dentro de los pantalones de Joaquín y acaricia su miembro, delgado pero bien duro y firme, “nada mal” le dice y se lo masajea demostrando que si bien hace tiempo que no tiene sexo con un hombre, hay cosas que nunca se olvidan. Delicadamente lo saca y se hinca ante Joaquín, se lo frota con ambas manos y lo pasa por su rostro, Maria lo siente palpitar  como si fuese un corazón y su roja cabeza se asoma por completo. Ella le sopla encima y Joaquín reacciona, “eres sensible” le dice y lo lubrica con su saliva para poder acariciarlo mejor. Joaquín cierra los ojos mientras las manos de Maria hacen su trabajo, ella nota lo mucho que lo esta gozando y en ese momento usa la punta de su lengua sobre el glande de Joaquín rozándolo y jugueteando con él.
Asombrado Joaquín observa como Maria le hace una mamada, ella lame su verga de arriba abajo, “es preciosa” le dice y la saborea ansiosamente para deslizarla entre sus carnosos labios. Joaquín observa esto como la culminación de un anhelo de toda su vida, Maria se la traga toda y la recorre con sus labios chupandola con fuerza. Joaquín apoya una mano en la cabeza de Maria y la guía en el movimiento que hace sobre su miembro, él suspira y jadea mientras siente esos carnosos labios envolver su verga sin detenerse. Maria le soba delicadamente sus testículos y se los chupa para luego pasar su lengua hasta llegar a su roja cabeza y meterla en su boca una vez más.
“Esto te encantara” le dice y atrapa el miembro de Joaquín entre sus majestuosos pechos y literalmente lo exprime con ellos. Su verga casi desaparece entre ambos pero Joaquín se siente en las nubes, es increíble el sentir la suave piel de los pechos de Maria envolver y frotar su verga. Maria saborea un poco de semen que se asoma por la punta del miembro, “¡no acabes aun!” le dice que ella que de inmediato se pone de pie para darle un respiro a Joaquín, “¡aun te falta lo más importante!” insiste.
Joaquín queda de espaldas en el suelo mirando como las hojas del sauce se mueven por el viento hasta que Maria se monta sobre él y frota su cuerpo contra el suyo. Ella restriega su coño sobre el miembro de Joaquín que esta duro como acero, se besan, se acarician y él le chupa sus pechos otra vez, “no me canso de estas bellezas” le dice haciéndola reír. “Concéntrate” le dice ella que guía su miembro hasta su sexo y se va dejando caer sobre el, Joaquín lo observa perderse en el coño de Maria que cierra los ojos y gime de la excitación.
Fue un momento mágico para ambos y Joaquín apoya su cabeza en el pasto cuando Maria se empala por completo sobre él, “¡oh, oh, siento como rozas por dentro, tu miembro palpita en mi vagina!”. Maria comienza a cabalgarle encima lentamente en un principio pero después va haciéndolo con más fuerza y rapidez gimiendo sin parar y Joaquín le toma sus senos que se balancean ante sus ojos y se los acaricia mientras ella se apoya en su pecho. “¡Si, si es fantástico!” dice de forma entrecortada mientras le cabalga, ella recibe todo el miembro de una vez y Joaquín, que es bastante delgado físicamente, parece desaparecer bajo el voluptuoso cuerpo de Maria.
La escena entre ambos es increíble, su mojado cabello se agita no solo por el viento, también por la forma tan salvaje en que le cabalga ahora con toda su fuerza. Joaquín le toma sus pechos en los que la lluvia escurre resaltando su forma y le chupa sus pezones mientras Maria le da bien duro a su verga irguiéndose de forma majestuosa sobre él.
En ese momento Joaquín la toma por sorpresa y la voltea poniéndola de espaldas en el pasto, “oh, que impulsivo” le dice con su característica coqueta sonrisa. Ahora es Joaquín que mientras la besa se mueve sobre ella con fuerza presionando con todo su cuerpo sobre el coño de Maria que lo abraza y le pide que no se detenga y él, ciertamente, no tiene ninguna intención de hacerlo. Ahora Joaquín sujeta las piernas de Maria y las apoya en sus hombros arremetiendo con más fuerza aun y eso le encanta. “¡Vamos, dame duro, bien duro!” le exige ella y Joaquín así lo hace llegando al limite de sus fuerzas y su resistencia.
El cuerpo de Maria se ve invadido por una serie de espasmos que la recorren por completo y ella siente lo mismo en Joaquín que con un par de fuertes acometidas se corre en su coño y queda tendido sobre sus pechos respirando de forma agitada, “nada mal, nada mal para ser tu primera vez” le dice Maria que lo abraza dándole unos momentos para que recupere. “Vamos, debemos regresar a mi casa” le dice Maria, “ahí podremos seguir” agrega ella y le hace un guiño.
A medio vestir y corriendo consiguen llegar al fin a la casa de Maria que esta a oscuras solo la luz de los relámpagos la ilumina y apenas entran Joaquín la atrae hacia su cuerpo y comienza a besarla de nuevo. “En la ducha, en la ducha campeón” dice ella en medio de los besos, “una ducha caliente necesitamos ahora” insiste ella y ambos van al baño sacándose la ropa mojada y embarrada y tirandola donde sea. Por fortuna Maria tiene agua caliente en su casa y con la duchas los dos parecen recuperar fuerzas. Joaquín pasa sus manos enjabonadas por el cuerpo de Maria que luce tan espectacular como siempre, los besos y caricias siguen entre ambos y ella tiene problemas en controlar a su joven y apasionado amante.
El dormitorio de Maria parece un lugar prohibido y místico para Joaquín, que ni en sus sueños pensó en estar con ella que lo toma de la mano y lo lleva a su cama donde hacen un furioso 69. Maria se encarga de atender el miembro de Joaquín chupandolo y lamiéndolo ansiosamente mientras él devora ese coño que tanto le gusta. Los gemidos de ambos llenan la habitación y parecen silenciar el ruido de la tormenta afuera.
“Así lo quiero ahora” dice Maria que se pone en cuatro sobre la cama exhibiendo su culo. Joaquín se pone detrás y la toma de las caderas, su coño esta tan mojado que la penetra de una sola vez. Joaquín la bombea con todo dándole bien duro a la fogosa Maria que es toda una fiera en la cama también. “¡Si, si, damelo todo,  follame fuerte!” exclama ella que se carga sobre Joaquín que la sujeta con fuerza, sus senos se agitan vigorosamente mientras la follan y ella aprieta sus manos por lo excitada que esta. “Tu sexo es increíble, parece que atrapa mi verga” le susurra Joaquín al oído, “devora mi culo” le pide ella y Joaquín algo sorprendido lo hace.

Con Maria aun en cuatro Joaquín le separa sus nalgas y mete su lengua entre ellas, Maria casi se derrite al sentirlo en su ano, Joaquín le besa su espléndido trasero y le mete los dedos en el coño para calentarla aun más de lo que ya esta, Maria mueve sus nalgas algo que le encanta a Joaquín. “Estaría todo el día comiéndome este culo” le dice, pero ella apenas le responde en medio de su gemidos. Ahora Joaquín la folla por ambos agujeros con sus dedos, Maria esta completamente extasiada, le encanta que se lo haga así follandola con los dedos por ambos agujeros a la vez, “rómpeme el culo” le suplica con su voz entre cortada por su calentura.
Nuevamente Joaquín se pone en posición, Maria se separa sus nalgas mostrándole su estrecho agujero, “la quiero aquí, bien metida aquí” le dice. Joaquín apunta su miembro como si fuese una daga lista para la estocada final. Al hacer contacto Maria se estremece y él presiona con fuerza, el culo de Maria es bien estrecho pero poco a poco va cediendo y su miembro se va hundiendo entre sus nalgas, Joaquín la presiona con fuerza y tras empujar ligeramente se la mete toda, hasta que sus genitales tocan las nalgas de Maria, “¡destrózame!” le pide.
La cama cruje ruidosamente, Joaquín le da bien duro a la ardiente Maria que esta gozando como nunca antes con un hombre. Él se esmera por satisfacerla y siente el estrecho culo apretando su miembro, Joaquín se la coge sin darle un respiro y Maria gime y jadea sin parar completamente nublada por la excitación. Joaquín se apoya sobre ella y hace sentir su peso para penetrarla mejor, los besos y caricias son más intensas que nunca.
Ambos amantes ruedan sobre la cama quedando de costado, Joaquín levanta una pierna de Maria y ella se frota su coño mientras le dan sexo anal. Joaquín se las arregla para tomarle los pechos y se los masajea mientras la folla en el culo, sus lenguas se cruzan fogosamente y Maria le dice que quiere sentarse encima. Ella le da la espalda y separa sus piernas, el miembro de Joaquín esta bien metido en su gran culo y Maria le empieza a cabalgar encima de la manera más salvaje posible gimiendo, jadeando y hasta gritando de placer mientras su joven amante la hace subir y bajar por su verga. Joaquín la sujeta con fuerza y le frota su coño y luego le mete los dedos en el moviéndolos rápidamente. El cabello de Maria le golpea en el rostro pero no le molesta en absoluto y le sigue dando tan duro como puede hasta que los fuertes gemidos de Maria delatan la intensidad de su orgasmo y Joaquín se corre en su trasero. Ella se recuesta a su lado y Joaquín se pone encima y se corre de nuevo salpicando sus pechos y su hermoso rostro, Maria se saborea y degusta el semen de Joaquín que se apoya en su cuerpo.
“Estuviste fenomenal” le dice Maria que lo abraza, Joaquín quiere decirle algo pero el cansancio no lo deja y los dos se quedan quietos en la cama mientras afuera la tormenta ruge con toda su fuerza, Maria lo acomoda y lo abraza como si fuese su hijo pequeño.
Joaquín despierta y mira al techo, que es igual al de su habitación y se pregunta si todo lo de anoche fue un sueño, ya que le cuesta creer que follo a Maria en medio de una tormenta protegidos a la sombra de un árbol, luego en la ducha y después en la cama y que todo eso haya sido verdad. Sin embargo al mirar a su lado esta ella desnuda tan hermosa como la Bella Durmiente, “fue verdad” dice él y ella despierta. Son las ocho y media de la mañana, para Maria normalmente seria muy tarde, pero hoy le importa un cuerno. “¿Cómo te sientes?” le pregunta Maria que se apoya en su pecho, “pues como el chico más suertudo del mundo” le responde y ella saca a relucir su preciosa sonrisa. Ambos se quedan ahí un rato, el teléfono de Maria suena pero lo ignora. Joaquín se lamenta por tener que salir con sus padres de vacaciones, “no te hagas problema, solo disfruta y pásalo bien, cuando vuelvas estaré aquí” y al cabo de un rato ambos se levantan y Maria le presta ropa a Joaquín que llama a su casa explicando lo sucedido a sus preocupados padres pero omitiendo los detalles cruciales de lo sucedido anoche.
Maria lo va a dejar a su casa en otro vehículo, ahí da las explicaciones a sus padres y al final todos felices, “llámame” le susurra al oído y cuando se quedan solos por un instante Joaquín le da un tremendo beso en la boca, “lo haré” le responde y Maria regresa a su vida cotidiana nuevamente sacando a relucir su carácter de Fiera, asombrada que un simple chiquillo haya sido capaz no solo de ver, sino que también de sacar a relucir a la verdadera mujer que realmente es.

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