Ella esta en su oficina terminando de revisar unos reportes bancarios, esta cansada pero sigue adelante. Se muere de hambre ya que come muy a la ligera, el café y un cigarro son su mejor compañía a esa hora. Mónica es así, trabajolica por excelencia prefiere quedarse en la noche a hacer este trabajo que es bastante aburrido ya que en el día simplemente no tiene tiempo.

Mónica es la gerente del banco, tiene un buen sueldo y es respetada, incluso temida se podría decir, por todos. Es una mujer divorciada de férreo carácter y sumamente autoritaria. Sus empleados la detestan por ser tan exigente y ella no tiene problema en hacerse odiar por ellos.
Sin embargo todos concuerdan en que Mónica es físicamente atractiva, 40 años de cabello corto y de color negro, ojos negros y un cuerpo bastante proporcionado y sugerente. Siempre viste de forma elegante y sobria aunque los trajes con escotes dejan entre ver unos pechos de buen tamaño, no excesivamente grandes pero tampoco pasan desapercibidos y unas piernas bastante bien formadas.
“Hasta que termine” suspira ella profundamente y ordena las carpetas en su escritorio, es viernes por la noche y a pesar de algunas invitaciones a salir ella las rechaza, solo quiere volver a su casa, darse una ducha y beber una cerveza, eso es todo.
Sale rápidamente del estacionamiento y enfila por la autopista hacia su departamento, ella vive en un condominio bastante privado y siempre llega tarde así que casi nadie la ve. Mónica ya esta cerca cuando suena su celular, al tomarlo del bolsillo de su chaqueta este se le cae, ella se inclina a recogerlo y le saca la vista al camino por un instante, cuando reacciona se topa con una luz roja y ella frena violentamente, pero ya es tarde. Un chico venia pasando en bicicleta y Mónica lo golpea con su auto, ella queda atónita y cierra los ojos al escuchar el golpe, de inmediato se baja de su auto y va a auxiliarlo.
“¡Maldita loca por que no te fijas por donde vas!” fue lo primero que le dijeron, Mónica se traga su orgullo y de inmediato le ofrece ayuda, con dificultad él se pone de pie y le reclama a Mónica por dañar su bicicleta, ella se deshace en disculpas y le ofrece pagarle una buena suma por los daños. Él cojea visiblemente y quiere llamar a la policía, Mónica no desea tener más problemas y evitar que esto se sepa, así se ofrece a llevarlo a su departamento para revisarlo, ella sabe algo de primeros auxilios.
“Vamos, despacio ya vamos a llegar” le dice ella que lo ayuda a entrar y lo deja sentado en un sillón, enciende las luces y le revisa su pierna derecha que le duele bastante. Él, que se llama Alex tiene alrededor de 16 años, de inmediato le reclama a Mónica que no haya como excusarse, ella le entrega un cheque por los daños a su bicicleta, él lo mira y no pone buena cara. Mónica cree que él solo trata de sacarle dinero, nada más.
“¡Bueno te ofrecido ayuda y una buena por los daños a tu bicicleta que más quieres!” le dice ella algo molesta que se da media vuelta a recoger unos papeles que se le cayeron al entrar, “chápamela” le dice él en voz baja, sin la intención que Mónica lo escuche pero en efecto ella lo hace. “¡¿Qué quieres que cosa!?” reacciona ella indignada y llena de furia, él se queda en silencio sin saber que hacer ni decir, simplemente lo dijo en broma, una broma para él pero Mónica lo ve de otro punto de vista.
“¡Mocoso insolente como se te ocurre pedirme semejante cosa debería darte una bofetada!” le dice ella visiblemente molesta. Alex no sabe que hacer, si decirle que era broma o bien tratar de sacarle provecho al asunto. Mónica se pasea frente a él con sus brazos cruzados, la observa un poco y con esta pose ella sin querer exhibe algo más su busto y gracias a su falda algo corta se ven sus bellas piernas, Alex toma una decisión.
 

“Esta bien entonces llamare a la policía y les diré que usted me arrollo y que después me trato de sobornar para no delatarla que iba hablando por celular mientras manejaba y mas encima no respeto una luz roja”, los ímpetus de Mónica de inmediato se enfrían, queda descolocada ante semejante chantaje, “¡condenado rufián!” ruge ella, Alex se prepara para arrancar en caso de ser necesario.

“¡Muy bien, muy bien lo haré, desgraciado como te atreves a pedirle eso a una dama!” le dice Mónica molesta pero ya resignada a fin de evitarse mas líos de los que ya tiene. Alex, aun sorprendido de que Mónica accediera se abre los pantalones sacando su verga. Ella se inclina frente a él y toma su verga la cual pronto empieza a ganar dureza y a ponerse erecta en las manos de Mónica, “¡ni siquiera se te ocurra correrte encima mió o en mi boca!” le advierte ella.
Mónica comienza a hacerle una paja para poner su verga dura, ella considera tan humillante esta situación, pero la idea de tener líos con la justicia ciertamente le parecen más humillantes. Alex esta en el paraíso ante las caricias de Mónica, desde ese ángulo aprecia sus pechos a través del escote de su blusa, “nada mal” le dice él. Mónica respira hondo y envuelve con su boca, la acaricia lentamente con sus labios y se la chupa suavemente, “¡vaya esto es increíble!” dice él que siente la calida boca de Mónica. Él la carga ligeramente pero ella no se lo permite, “¡si quieres que haga esto lo haré a mi manera!”, de inmediato Alex la deja y Mónica sigue con lo suyo.
Ella se la sigue chupando, le pasa su lengua por encima de sus testículos y después por todo el miembro para luego meterlo en su boca otra vez, Mónica esta plenamente concentrada en su trabajo y Alex trata de controlar las sensaciones que ella le provoca. “Sabes una compañera de curso me la chupo una vez pero tu, eres increíble mamándola” le dice a Mónica a la cual no le hace gracia el “cumplido”.
Al cabo de un rato Alex ya no puede más y por más que trata de contenerse de improviso sujeta a Mónica y se corre en su boca. Ella retrocede atragantada por el semen y tose con fuerza, “¡infeliz te dije que no te corrieras en mi boca!” le grita ella que trata de reponerse, de esta sorpresa. “¡Muy bien cumplí con mi parte, ahora lárgate de aquí!” le ordena ella.
Mónica se limpia la boca cuando de pronto Alex la abraza por la espalda, “¡que rayos te sucede suéltame de una vez!”, pero Alex no le obedece, “ahora serás una buena niña y me vas a mostrar que escondes ahí debajo” le pide al oído. Mónica siente las manos de Alex que se meten bajo su blusa y le suben falda, ella forcejea por liberarse pero sin éxito. “¡Déjame que te has creído!” le grita ella, pero Alex no se detiene y con algo de esfuerzo mete su mano bajo la falda de Mónica y le empieza a frotar su entrepierna, de un tirón le abre su blusa y aprecia sus pechos cubiertos por un sostén de color negro el cual también le quita a tirones, “¡tiene unas tetas magnificas!” le dice mientras la besa en el cuello.
El forcejeo entre ambos continúa, Mónica hace lo que puede pero no es suficiente. Alex le sigue frotando su coño y presiona sus dedos cada vez con más fuerza, los pechos de Mónica se los soba y estruja sin que ella pueda hacer mucho por evitarlo. Alex empuja a Mónica sobre una mesa y se pone sobre ella, la besa a la fuerza sigue metiéndole mano, “¡vamos quítate de encima!” le dice ella que trata de evadir sus besos sin mucho éxito. Finalmente Alex le mete su mano bajo el calzón de Mónica y mete sus dedos en su sexo, le chupa ansiosamente sus pechos mientras la folla con sus dedos, ella se retuerce sobre la mesa tratando de liberarse, “¡no sácalos de ahí!”.
 

A pesar de todo Mónica se va excitando ante semejantes “caricias” pero trata de sacarse de encima a Alex. “Te gusta, te gusta admítelo” le dice Alex a Mónica la cual no lo oye y se mueve mientras él empuja sus dedos tan adentro como puede. Con fuerza Alex voltea a Mónica y la pone de estomago contra la mesa obligándola a dejar su culo al aire, la toma del cabello y consigue inmovilizarla a pesar de los pataleos. Mónica siente los dedos de Alex entrando sin cesar en su sexo, hasta tres dedos le mete al mismo al tiempo por más que trata de impedírselo. “¡Déjame, por favor déjame!” le suplica ella pero sin éxito. Alex coge su verga y de improviso la penetra metiéndosela toda de una vez.

“¡Aaaaah!” dice Mónica la cual recibe violentas acometidas en su coño, él la sujeta de las caderas y la penetra salvajemente, la mesa tiembla ante la fuerza de Alex y las cosas caen por todos lados. Ella trata de aun de resistir pero todo es en vano, Alex esta en completo control. A Mónica nunca la habían cogido tan duro como ahora y Alex recién ha comenzado.
Sin liberarla en ningún momento la pone contra la pared, le sujeta su pierna derecha y la penetra apretándola contra el muro, ella forcejea con él pero una vez que se la entierra Mónica apenas se resiste. Alex la besa a la fuerza y le estruja sus pechos, le da con tantas ganas que Mónica se queda sin aliento. Alex se agarra el culo y le empieza a meter un dedo en el, esto desespera aun más a Mónica que jamás le ha hecho algo así, “¡me encantan las mujeres maduras que se resisten!” le dice él que no le da tregua ni respiro.
Ambos van de un lado para el otro en el departamento, Alex consigue llevar a Mónica hacia un sillón y la hace montársele sobre él, la abraza con fuerza para no soltarla mientras la tiene empalada, Mónica jadea desesperada ante esta situación, siente su coño atravesado una y otra vez por la verga de Alex, “¿¡como puedo pasar esto?!” dice ella entre sus gemidos. “Espérate aun te tengo algo especial”.

Mónica nuevamente se ve con el culo al aire ahora sobre el sillón, nuevamente los dedos de Alex se hunde en su coño, pero ahora ella siente su lengua metiéndose entre sus nalgas, “¡tiene un culo muy rico!” le dice él mientras ella esta inmóvil, Alex la retiene y presiona sus dedos contra el culo de Mónica la cual lucha por evitarlo, “¡no por ahí no!” le dice ella. Sin embargo los esfuerzos son en vano y Alex tiene éxito, él de inmediato empieza a darle por el culo.

“Ahora viene lo bueno”, tras lubricarle con saliva su culo él rápidamente toma su verga y presiona entre las nalgas de Mónica hasta que esta comienza a enterrarse en su estrecho ano, los gritos de Mónica se hacen más fuertes, nunca la habían follado por ahí. “¡Un poco más solo un poco y te empalare por este precioso culo!” le dice. Finalmente lo consigue, “vaya que lo tienes estrecho, es mejor así gozare más partiéndote el culo”. Mónica recibe unas duras acometidas, ella jadea y grita ante esto, él es rudo y no le da ni un momento de respiro. Ella se ve cabalgando sobre le recibiendo su verga en el culo, Mónica llega a desfallecer del esfuerzo hasta que finalmente Alex se corre en su culo y después en su cara dejándola tirada en el piso de su departamento.

Mónica respira agitada por lo sucedido, apenas tiene fuerzas para moverse, Alex se arregla y se pone de pie frente a ella, “te dejo el cheque, con esto me siento pagado y con creces, un placer conocerte y puedes arrollarme cuando quieras”, él rápidamente recoge sus cosas y se va. A Mónica le toma unos instantes recuperarse, ella se dirige al baño y se da una ducha, come algo, se toma una cerveza y se va a dormir.
El lunes Mónica llega radiante a su trabajo, se ve más alegre e incluso se da el tiempo para algunas bromas, sus subordinados están sorprendidos, jamás la vieron actuar así. “¿Se siente bien?” le pregunta uno, “mejor que nunca” le responde Mónica.
A eso de las 10 de la noche un chico viene corriendo por la vereda, de improviso se atraviesa al tratar de cruzar la calle y un auto lo golpea, no muy fuerte pero igual lo derriba y lo deja bastante maltratado. “¡perdona no te vi, todo esto es mi culpa!” le dice Mónica, “ven déjame llevarte a mi departamento y veré como compensarte por esto” agrega después con una picara sonrisa.
 

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