como sabe el le lector el duende me concedió tres deseos. primero verle cuando deseara. segundo tener a todas las mujeres que quisiera. tercero no tener que trabajar.
para eso el duende me dio polvo brillante y me dijo:
– con este polvo tendrás tus deseos solo tienes que echarlo encima de una mujer cuando las desees y será tuya, si necesitas dinero echa este polvo sobre cualquier cosa y se te convertirá en oro y si me necesitas apareceré cuando lo desees.
yo todavía no me lo creía me parecía un sueño tenía una bolsa llena de ese polvo dorado mágico de duende quería probarlo cuanto antes a ver si era verdad. así que volví a mi país España quería probarlo con las chicas de la oficina que siempre se habían reído y no me hacían ni caso. así que entre en la oficina y al verlas eche un poco de este polvo brillante dorado al momento algo paso. ellas empezaron a mirarme de otra manera.
enseguida cerraron el cerrojo de la puerta del despacho donde estaba y empezaron a despelotarse, me quede de piedra. Lena que era una de mis secretarias me bajo los pantalones y empezó a chuparme la poya mientras la otra me cogía de la cabeza para que le chupara las tetas.
estaba alucinando luego cogí a Pilar que era otra de mis secretarias y se la endiñé hasta los huevos.
– así así así cabrón no pares que rico como me follas más quiero más.
luego cogí a Lena y empecé a besarle el coño la cual se moría de gusto.
– así no pares de chupar chupa chupa haz que me corra.
luego cogí a Pilar y la di por el culo.
– así así cabrón me muero de gusto rómpeme el culo la quiero hasta los huevos.
mientras Lena se masturbaba viéndonos al final nos corrimos todos luego ellas se despejaron como si hubiesen salido de un sueño.
– pero qué coño ha pasado aquí- dijeron muertas de vergüenza.
– pues nada que hemos follado- dije yo y salieron del despacho sin decir una palabra.
el trato ya no fue igual que antes les daba vergüenza entrar en mi despacho por lo que había pasado mujer.
– no pasa nada.
– si que pasa yo no sé cómo ha pasado, pero nos hemos acostado con usted sin quererlo -dijeron ellas- no sé qué hizo usted con nosotras, pero somos casadas y queremos a nuestros maridos y esto no tenía que haber ocurrido.
me sentí mal ellas tenían razón me fui y llamé al duende que te pasa me dijo le conté lo ocurrido.
– y a ti que te importa si te las has tirado y lo has pasado bien.
– si, pero yo no soy así.
– estas seguro -dijo la mira esa dos son tus vecinas te mueres por echarlas un polvo están como trenes a que esperas.
él tenía razón eran Katia y Elisa dos chicas de unos 25 años estaban como trenes Katia era rubia y Elisa morena. así que fui allí y eché un poco de ese polvo y al momento se empezaron a despelotar las dos y empezamos a follar Katia me comió la poya y no dejaba de mamar mientras Elisa me comía los huevos.
estaba en la gloria luego cogí a Elisa y me la follé y a Katia la di por el culo fue alucinante ellas disfrutaban que era una barbaridad.
– así cabrón que gusto que poya tienes fóllanos a las dos métenos toda tu poya deja que te la chupemos.
al final nos corrimos los tres después se pasó el efecto del polvo ellas se quedaron alucinadas viéndome desnudos con ellas follando y se echaron a llorar.7
– hemos engañados a nuestros novios por ti yo no sé cómo lo has hecho, pero eres malo. nos iremos de aquí y no queremos verte más.
yo me volví a sentir mal como podía sentirme mal si había follado con dos pibones que las den por culo, pero me remordía la conciencia llamé al duende otra vez y me dijo.
– que tal.
– igual se han echado a llorar cuando se les ha pasado el efecto del polvo me siento culpable.
– pero tú tienes conciencia -me dijo el duende -mira allí hay dos mujeres mayores las van a echar de casa porque no tiene dinero, pero mira si se lo permites te puedes quedar con su casa que es una espléndida mansión.
– tienes razón me gusta su mansión siempre he estado detrás de ella.
– a que esperas págalo con el polvo y será tu mansión.
así que compre y la mansión mientras las pobres mujeres las echaban de casa no sé porque, pero me sentía mal me remordía la conciencia.
– mira mira allí hay dos estupendas mujeres casadas a que están para comérsela si pues si quieren serán tuyas de ti depende solo tienes que echar un poco de polvo y las tendrás.
así que paso lo mismo fui a verlas y eche un poco de polvo por encima y enseguida nos pusimos a follar las mujeres casadas era paula y Beatriz las conocía de toda la vida menudo polvo tenía las comí el coño y las folle el culo y me comieron la poya ellas no hacían más que gemir.
– así así cabrón hasta lo huevos jódenos bien no pares.
mientras hacía que ellas se comieran la una a la otra y se corrieran de gusto paso lo mismo cuando paso el efecto del polvo se echaron a llorar.
– eres malo no sé cómo los has hecho nos has obligado a follar contigo no queremos verte más- dijeron ellas y perdí la amistad con ellas.
– que más te da -dijo el duende -si tú te la has follado.
ya cansado de que me pasara lo mismo dije basta. dije al duende.
que es lo que quieres decirme que eres un egoísta- me dijo el duende -no te importa conseguir tus fines con tal de hacer daño a las personas. no puedes conseguir todo a base de magia porque si quieres verdaderamente a una mujer tienes que conseguirla por tus propis medios.
– que dices si nadie me ha querido nunca.
– eso no es verdad lo que pasa es que estas ciego -me dijo el duende -te acuerdas de Brunilda las reinas de las hadas si a la que desvirgaste. ella se enamoró de ti, pero como estabas ciego con todas las otras mujeres no te diste cuenta.
– de verdad me quiere.
– si, pero ya no es un hada no porque al enamorarse de un humano dejo de ser una criatura mágica y ha sido desterrada.
– donde esta ella ahora.
– no lo sé puede que en el reino de la oscuridad.
– vamos para allá.
– para para yo allí no puedo ir. si de verdad te gusta ella tendrás que demuéstraselo e ir a por ella .si fracasas jamás volverás tú y ella perderéis la vida y seréis tragado por la oscuridad. estas dispuesto.
– lo estoy quiero verla bien mortal échate el polvo y vámonos.
otra vez me eché el polvo y empequeñecí vamos al reino de las hadas llegamos al reino de las hadas allí no me querían.
– por tu culpa mortal nuestra reina ya no es lo que era se enamoró de ti y tú la abandonaste y la hemos tenido que desterrar ya no es un hada es una humana.
– iré a por ella al reino de la oscuridad.
– no creo que trufes mortal moriréis los dos. tienes que pasar dos pruebas bastante difíciles y demostrar que la amas solo así si trufa el amor será para ti y seréis libre
CONTINUARA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *