Era una tarde de Noviembre, de esas en el que el cielo está medio nublado y aunque no hace frio del todo ya se empieza a notar la llegada del invierno. Al llegar a casa saludé a mi madre y le hice las fiestas a mi perra que estaba acostada al lado viendo las telenovelas con ella.

Tengo 18 años y no soy lo que se dice un adolescente normal y corriente. La verdad que me considero un chico algo antisocial. Quizás mi apariencia física influya en algo, soy algo más bajito que los otros chicos y estoy algo delgado y aunque tengo muchos amigos  y amigas prefiero quedarme en casa a jugar con mis videojuegos y estar con el ordenador que salir de fiesta, y de novia ya ni hablamos, obviamente no tengo. Por lo tanto tengo una relación muy estrecha con mi familia, sobretodo con mi madre, paso la mayor parte del tiempo con ella en casa.

Como la mayoría de las tardes al llegar de clase enciendo mi portátil para ver si hay algo interesante que ver en las redes sociales y me pongo un rato a jugar con la videoconsola. Más o menos una media hora antes de cenar fui al baño a darme una ducha pero mientras iba por el pasillo vi la puerta entre abierta y luz que salía de dentro, sería Mari Loli, cómo llamo cariñosamente a mi hermana. Ella tiene cuatro años más que yo, está estudiando medicina en la Universidad de Albacete, una de las más prestigiosas ahora mismo. Volvió a casa hace dos días porque les habían dado vacaciones en la universidad por no sé que fiesta.

No debería haber hecho aquello pero me acerqué al marco de la puerta y miré por la puerta entre abierta. La luz era tenue, un agradable olor salía del interior. No pude diferenciar nada por el vapor que había, se debía estar duchando. Conforme empecé a hacer un barrido por la habitación con la mirada, el vapor se fue disipando, vi su ropa interior negra tirada en una esquina de la habitación y más adelante pude ver a mi hermana de espaldas, con su lisa melena húmeda, con una pequeña toalla enrollada por encima de los pechos que le llegaba hasta tres dedos por encima de la rodilla. Estaba sentada en un taburete que usamos para dejar la ropa mientras nos duchamos. Tenía una pierna apoyada en el suelo y otra apoyada en el váter con el pie arqueado, se estaba pasando las tiras de cera. Me encantan los pies de mujer, son mi fetiche personal, y mi hermana tiene unos estupendos, finos y con una forma perfecta, con unos dedos perfectos y las uñas pintadas de negro a juego con las de sus manos y sus ojazos oscuros, su pelo es de color castaño claro.  La toalla no daba más de si, se le había subido a la parte alta del muslo, se entreveía un espacio muy suculento que daba rienda suelta a la imaginación.

Mi relación con mi hermana siempre ha sido muy buena, de pequeños me acuerdo de cuando mi madre nos bañaba juntos. La verdad que ella era “mala” conmigo me empujaba con los pies y me daba patadas en mis partes y todo, mi madre le reñía, ella se reía y a mí hasta a veces me daba una erección. Pero eran cosas de niños, ni sabíamos lo que era aquello, ni se le daba importancia, quizá fue el inicio de mi fetiche, quien sabe. Nosotros siempre hemos jugado juntos y hemos estado muy unidos, hemos podido hablar de nuestras cosas sin problemas, ella me hablaba de sus novios y yo de si había alguien en el colegio o instituto que me gustará pero en mi caso no llegó a más, nunca he tenido una relación con nadie. Mi hermana es la viva imagen de mi madre, la verdad que es muy guapa, como mi madre, unos ojazos oscuros lindísimos y una nariz fina y afilada muy picarona. En nuestras conversaciones no llegábamos más allá pero seguro que liga un montón, siempre tenia a los chicos detrás de ella en el colegio y en el instituto y ahora en la universidad ya no me lo quiero ni imaginar.

Seguí mirando por aquella rendija, los próximos tres minutos me parecieron pasar en un segundo, mi hermana había terminado y estaba en frente del espejo arreglándose el pelo, peinando su larga melena. Lo que pasó a continuación no se me olvidará el resto de mi vida, como si de una película se tratase me pareció que todo pasaba a cámara lenta. Quitó el doblez que mantenía unida su toalla y cayó al suelo deslizándose por su piel, recorriendo cada centímetro de su cuerpo. Su escultural figura se dejó ver en todo su esplendor. Alta, fina, en su peso ideal, con unos pechos de tamaño medio y un culo muy pícaro, no demasiado prominente. Se miró una ultima vez en el espejo, se dio la vuelta para verse por detrás, sus pechos quedaron totalmente a la vista, sus rosados pezones y  las aureolas que los rodean, magnifica estampa.

Mi polla no hacia más que crecer y crecer dentro de mis pantalones mientras contemplaba aquella increíble escena.

A continuación mi hermana, se fue al rincón y cogió su bragas, de color negro, muy elegantes. Se puso de nuevo frente al espejo y se las puso. Esta vez todo fue muy rápido y apenas pude ver nada, me hubiese gustado pero no, entre el vapor y la poca luz no pude. Se dio de nuevo la vuelta para mirarse. Mi corazón se aceleraba por momentos, estaba a un momento de empezar a tocarme cuando se fue de nuevo al rincón y cogió el sostén y el resto de su ropa, mientras se levantaba y daba la vuelta miró hacia la puerta del baño, vi sus preciosos ojos mirando en mi dirección, caí de culo al suelo, por suelte no hice ruido. Me entró el pánico ¿Me había pillado?

De pronto oí a mi madre llamar a mi hermana desde la cocina y acercándose hasta el baño. Reaccioné a tiempo y me fui lo antes posible a mi habitación. Vaya situación, que espectáculo y que peligro, un segundo más y me hubiesen pillado.

Era la hora de cenar, no sabía que hacer. Se me iba a caer la cara de vergüenza al ver a mi hermana, sería un momento muy incomodo. Mi madre llamó a mi habitación y entró.

–          Ya está la cena ¿Vas a salir? – Me dijo mi madre mientras yo estaba con el portátil encima para disimular mi tremenda erección. Espero que no notara el bulto del pantalón.

–          Eh…. Si, ahora voy que estoy terminando una cosa – Una respuesta muy buena y que no daba lugar a ninguna duda de que algo pasaba, que va…

–          Vale pero ven rápido que se enfría – Me dijo mientras me echaba una ultima mirada y se iba de la habitación. Creo que sospechaba algo, las madres tiene el don de la oportunidad, siempre entran en el momento menos indicado.

Me levante enseguida y cerré la puerta. Estaba hecho un lio ¿Qué debía hacer?

Después de cinco minutos, estando ya más calmado, fui a la cocina a cenar. Estaba solo mi madre.

–          ¿Y Mari Loli, es que no va a cenar? – Pregunté yo intentando aparentar algo de normalidad

–          No, se ha ido con unas amigas de la universidad a cenar.

Vaya  que alivio, me he ahorrado una situación bastante incomoda.

Cené rápido, hablando lo justo y necesario con mi madre que me preguntaba pues lo típico que pregunta una madre, por los estudios y todo eso. Mi padre tampoco estaba, la verdad que el pasa poco tiempo en casa, a la hora de comer, la siesta y la hora de dormir, si es fin de semana esa hora suele ser bien entrada la madrugada. Muchas veces viene algo borracho y empieza a despotricar por lo primero que se le cruce por delante, la verdad que mi madre ya está muy quemada con estas situaciones que se repiten bastante a menudo.

Me fui de nuevo a mi habitación y me puse a jugar unas partidas a la consola con mis amigos a ver si me despejaba un poco y se me olvidaba todo aquello, algo muy complicado. No duré mucho, no podía quitarme esas imágenes de la cabeza y decidí intentar dormir, cosa que lo mas seguro tampoco podría hacer. En efecto, no podía dormir. Era temprano, mi madre veía la tele en el salón, ajena a todo, y esas instantáneas de mi hermana en el baño sacudían mi cabeza una y otra y otra vez. Mi mente repasaba centímetro a centímetro su cuerpo, mi polla se hinchaba por momentos, así no podría pegar ojo.

Me recosté en la cama. Ya estaba totalmente empalmado era obvio lo que tenia que hacer, tenia que liberar toda aquella presión. Encendí el portátil y comencé a  ver porno, necesitaba correrme si quería descansar algo aquella noche.

Casi fue peor el remedio de la enfermedad. La mayoría de videos  en portada eran de jovencitas y los que no, eran de maduritas. Parecía una broma ¿Con quien me iba a masturbar, con mi hermana o con mi madre? Me fui a la categoría fetichista y encontré el video perfecto, era el indicado para aquella noche, iba a ser mi fin pero era lo que deseaba en aquel momento.

En la primera parte de aquel video aparecía una muchacha joven muy guapa con un cuerpazo muy parecido al de mi hermana pero con los ojos verdes y el pelo rubio, corto y que le tapaba la mitad de la cara con el flequillo. Aquella muchacha se movía muy sensualmente, haciendo una especie de danza erótica. Llegado el monto y sin desnudarse se sentaba en un sofá y se quitaba unas hermosas botas de vestir que llevaba con unos vaqueros y una camiseta. Enseñaba sus pies, sonrosaditos, finos y con las uñas pintadas, una delicia. Jugaba con sus pies, enseñaba sus dedos, sus plantas, todo de manera muy sensual. Yo estaba a 100, no empecé a masturbarme todavía, quería disfrutar del momento porque aquella muchacha me tenía loco y había conseguido quitarme a mi hermana de la cabeza.

En la segunda parte del video aparecía en escena un hombre joven, más o menos de la edad de la muchacha. Se arrodillaba ante ella y comenzaba a adorar sus pies, oliéndolos y lamiendo cada rincón de ellos, una estampa magnifica ver a aquella mujer ejerciendo de dómina con esos sexys vaqueros y sus pies desnudos frente a aquel hombre. El video continuaba con ese ambiente de adoración. Yo empecé a masturbarme, mi polla y mis huevos parecía que iban a explotar de un momento a otro. La muchacha del video se levantó y empezó a desnudarse de cara a la. Tenia un cuerpo precioso, cada vez me recordaba más y más a mi hermana lo que me preocupaba bastante pero a la vez me excitaba aun más. Se puso de rodillas y empezó a masturbar al hombre, primero con un trabajo con sus finas manos, muy erótico y sensual, luego empezó a usar su lengua para lamer la polla de aquel hombre, se la mamaba lentamente, con cariño, sensualmente, nada de ese porno sucio y duro que se ve tanto.

A continuación aquella muchacha se sentó de nuevo en el sofá y muy lentamente se tumbó boca abajo, dejando ver su culo. En ese momento mi corazón dio un vuelco impactante esa preciosa muchacha tenia un lunar en la nalga izquierda exactamente igual al que tiene mi hermana, un antojo de nacimiento muy característico. No daba crédito a lo que veía, mi corazón se salía del pecho, mi polla hinchada latía sin control y yo no podía pensar en nada más. De repente el video pasó a ser en primera persona, aquel hombre se acercó a su culo y con una mano le abrió las nalgas, su rosado coño y su ano ocuparon la pantalla. Empezó a masajearlos con cuidado, la respiración de la chica se aceleraba, la mía aun más ¿Seria en realidad mi hermana?

El video dio un vuelco de 180⁰, la chica pasó de ser la dominante a ser la sumisa. Aquel hombre comenzó a lamer su coño y su ano, a meter su lengua todo lo que daba de si, se empezaron a oír leves gemidos. Apartó la cara y enfocó de nuevo la cámara para esta vez jugar con sus dedos, jugando con el exterior de su coño muy sensualmente, acariciando sus labios, abriendo la entrada de su vagina, jugando con el agujerito de la uretra y su clítoris. El cuerpo de la chica se estremecía con cada caricia. El chico metió un dedo en su vagina, ella dio un respingo. Metió el segundo, la chica frunció el ceño y se mordió el labio inferior. Comenzó a subir el ritmo, sus dedos entraban y salían esta vez muy rápido, de vez en cuando se arrimaba a lamer su ano, los gemidos de la chica eran cada vez más fuertes y más continuos. Estaba totalmente mojada, saco los dedos de su coño y empezó meter uno lentamente por su ano, ella seguía gimiendo, empezó a moverlo dentro ella para que dilatara, sonó un leve grito entre dolor y placer, comenzó a sacar y meter el dedo violentamente. Entonces cambió de nuevo la imagen y se veía el sofá desde enfrente, ella tumbada boca abajo, con la cara mirando afuera y una expresión entre dolor y placer que por un lado era muy excitante pero que por otro lado daba algo de pena. El hombre estaba apoyado sobre las piernas de ella, apretando sus nalgas con las manos comenzó a meterle la polla por el culo, fue muy lentamente, a juzgar por la cara de dolor de la muchacha era su primera vez. Al final el hombre empujó bruscamente y se oyó de nuevo un grito de dolor, esta vez más fuerte, juraría que le cayo alguna lagrima. Se tapó la cara con las manos mientras el hombre le daba por culo cada vez más rápido, su cuerpo y sus tetas se agitaban contra el sofá violentamente de un lado para otro. La situación se volvió extrañamente incomoda. Aquella diosa que en un principio tenía a un hombre a sus pies estaba siendo brutalmente sometida. El hombre la cogió de las muñecas y estiro sus brazos hacia atrás, inmovilizándola. La cara de le chica, esta vez hinchada y enrojecida por las lagrimas mostraba un sentimiento de angustia indescriptible.

Tras unos minutos más de sufrimiento de la chica, el hombre se levantó, parecía que estaba apunto de correrse, igual que yo. La chica no se movió ni un ápice, su cara seguía mostrando una total desolación. El hombre se puso a su lado y la cámara volvió a enfocar de cerca. El hombre cogió los pies de la chica, todavía boca abajo, y empezó masturbarse violentamente para correrse sobre ellos. Al minuto salió disparado el primer chorro de semen a los pies de la muchacha. Viendo aquel momento y aquellos hermosos pies embadurnados en semen yo tampoco me pude contener y acabe corriéndome, como si fuera yo el que la estuviese llenando de gran cantidad de mi semen. Acabé manchando los pantalones y la sabana de la cama. El hombre del video seguía corriéndose sobre los pies, las piernas y llegando con sus disparos hasta el culo de la chica.

No me suelen gustar situaciones tan duras como la de aquel video pero aquella chica que aun dudaba si podía ser o no mi hermana me tenía cautivado, pese a todo lo que había pasado. Aquella chica por un lado me excitaba muchísimo, quizá por ser casi idéntica a mi hermana, pero por otro lado me daba mucha pena todo lo que había sufrido, si en realidad era mi hermana lo tendría que haber pasado fatal. Era un sentimiento muy extraño.

El video había terminado y yo me dispuse a quitar la sabana y a cambiarme de pantalones. Abrí la puerta de la habitación lentamente para no hacer ruido. Mi madre ya se había acostado. Salí lentamente y llevé la ropa al canasto de la ropa sucia. Volví de nuevo a mi habitación e intenté dormir.

Vaya día, primero espío a mi hermana en el baño y luego aquel video tan excitante con una chica que me recordaba extrañamente a ella. Tenía el pelo y los ojos de otro color pero tenía ese antojo en la nalga tan característico.

¿Sería solo producto de mi imaginación, coincidencia o en realidad era ella? ¿Como podría averiguarlo? Si en realidad era ella me había hecho la paja de mi vida viendo como sometían brutalmente a mi hermana, la cosa era preocupante.

Yo quería dormir tranquilo después de ver algo de porno y correrme a gusto pero aquel video me había dejado trastornado, había tenido una de la corrida más impactante de mi vida  y me encontraba aun más inquieto que antes. No iba a ser una noche tranquila, iba a pensar en todo menos en dormir.

¿Qué sería de mi vida a partir de ese momento? No lo se, el tiempo lo diría pero estaba claro que desde aquel día todo cambió…

 CONTINUARÁ…

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