Conociendo a Pamela
 

Las voces se hacen cada vez más fuertes, de inmediato Sebastián ordena la cama y esconde el diario arrojándolo bajo la cama. Pamela sigue acercándose, si ella lo sorprende saliendo de su habitación le hará muchas preguntas sin mencionar que será el objeto de burla de las amigas de ella. Rápidamente se esconde en su armario y guarda absoluto silencio.

“¡Sebastián, Sebastián estas aquí!” le llama ella a gritos, él mantiene silencio en su escondite, “se te perdió tu primo parece” le dice una de sus amigas, “donde se metió este, ya se lo voy a llamar a su celular”, al oír esto Sebastián desesperadamente se busca su celular, sin embargo en el armario esta bastante apretado y no lo encuentra. “¡Malditos pantalones!” dice él al no poder sacarlo de su bolsillo, alcanza a quitarle el sonido justo en el momento en que Pamela marcaba su número. “Que raro no contesta, debió ir a los videojuegos seguramente” dice ella.

Sebastián consigue observarla a través de una rendija en el armario, ella conversa con sus amigas y acuerda ir a la casa de una de ellas mañana por la tarde después de clases para terminar un trabajo bastante urgente. Pamela sale de la habitación un instante, Sebastián piensa en salir pero antes que pueda hacerlo ella vuelve a entrar y deja una botella de agua mineral en su velador y luego se tira en su cama.
Desde su escondite Sebastián observa como la corta falda de colegio de su prima se levanto bastante, sus piernas y esos muslos tan bien formados se aprecian en gloria y majestad. Ella suspira profundamente, el día esta bastante caluroso y ella se agita su blusa para ventilarse un poco, “en ocasiones ustedes son un verdadero problema” dice ella refiriéndose a su busto de notable tamaño para su edad. Sebastián esta boquiabierto cuando ella se desabrocha su blusa dejando sus pechos cubiertos solo por el sostén que da la impresión de contenerlos apenas. Los pezones se marcan en el sostén que usa y el sudor se escurre por su cuerpo.
Sebastián trata de no moverse pero esta muy incomodo, al tratar de ubicarse mejor pasa a golpear la pared lo que de inmediato hace reaccionar a Pamela que mira directamente hacia el armario. Sebastián se queda quieto, “malditos ratones” dice ella que toma una pequeña botella de agua mineral y comienza a beber. Desde su escondite Sebastián no le pierde la vista a su prima, bebe lentamente y cada vez que la botella llega a sus carnosos labios él ya se imagina su verga deslizándose entre ellos.
Pamela sigue bebiendo, el agua esta bien fría y ella se pasa la botella por su rostro, de pronto derrama parte del agua sobre sus pechos por accidente. Ella se sobresalta un poco pero después intencionalmente lo hace con la idea de refrescarse. Sebastián no pierde detalle alguno de lo que sucede. Para su asombro Pamela se abre su sostén y descubre totalmente sus pechos con sus pezones erectos y firmes. Ella se los vuelve a moja y después se pasa la fría botella de agua entre los mismos y sobre sus pezones. Pamela suspira delicadamente, “esto se siente super rico” dice en voz alta.
Ella se sube su falda descubriendo su ropa interior, desliza la fría botella por entre sus pechos y después la hace descender por su vientre hasta llegar a su entrepierna donde la pasa por encima de su coño cada vez con más fuerza. Pamela comienza a gemir mientras Sebastián atónito la observa. Con una mano ella presiona la botella sobre su coño y con la otra se masajea sus pechos, sus gemidos y suspiros inundan la habitación mientras su primo trata desesperadamente de abrirse sus pantalones, su verga ya no da más de dura y tiesa.
Con sus dedos Pamela se aparta su ropa interior, Sebastián ve su sexo por primera vez, esta cubierto con un poco vello algo oscuro. Pamela se acaricia su sexo y separa los labios de su vagina buscando su clítoris, cada vez que se lo toca ella se retuerce en la cama. Sebastián esta más caliente que nunca y siente una tremenda envidia de aquellos que ya han disfrutado de su prima. Nuevamente ella usa la botella para masturbarse, se frota con fuerza su sexo y ella se agita y retuerce descontrolada sobre la cama. La botella se la pasa sin cesar sobre su sexo y la carga usando ambas manos.
Pamela se saca su calzón y lo tira al suelo, ella coge la botella y comienza a chuparla y a lamerla como si de una verga se tratara. La lubrica bien con saliva y después ella se pone en cuatro sobre la cama dándole a Sebastián la mejor vista posible. Tomándola con fuerza Pamela guía la botella hasta su coño y comienza a metérsela lentamente. Con la boca abierta Sebastián la observa, su verga esta que explota mientras la botella se va perdiendo en el ardiente y húmedo sexo de Pamela.

“¡Oh siii!” exclama ella terriblemente excitada mientras se va metiendo la botella rítmicamente. Sus pechos se agitan cada vez que ella la empuja dentro de su cuerpo, no conforme con ello se chupa sus dedos y después busca ansiosamente su culo, ella se masturba de forma fanática gimiendo como loca. Sebastián esta atónito observándola mientras se masturba por ambos agujeros hasta que ella se corre varias veces sobre su cama, Sebastián le salpica parte de la ropa en el armario al correrse.

Pamela coge la botella y la lame lentamente, ella saborea los jugos de su sexo y suspira profundamente. Luego se pone de pie y se desnuda por completo y su primo admira con detenimiento cada una de las curvas de su magnifico cuerpo, “es perfecta” se dice Sebastián a si mismo, ella saca una toalla de un mueble y sale de la habitación. Sebastián escucha el sonido de la ducha en el baño y luego como se cierra una puerta. Él espera unos minutos y finalmente sale del armario, sobre la cama ve la botella y la olfatea, “esta impregnada con tu olor” dice en alusión a Pamela.
Como puede se arregla los pantalones y sale lentamente por el pasillo, va a comenzar a bajar por la escalera cuando Pamela lo ve, “¿vaya estabas aquí, no te sentí?”, “eh, vengo llegando, como me di cuenta que te estabas duchando decidí ir a preparar algo de comer” responde con algo de nerviosismo. Pamela esta envuelta en la toalla y se seca su cabello mientras le habla, “¡que rico, prepárate una pizza, mi vieja dejo una lista en refrigerador!”, “hecho”, “yo bajo enseguida me voy a arreglar y voy, necesitaba darme una ducha, quede exhausta con tanto… ejercicio” le dice ella sonriendo, Pamela entra en su habitación y cierra la puerta. “Ya creo que hiciste mucho ejercicio” dice Sebastián en voz baja.
 
 

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