Monólogo sobre el desengaño.

Nota de la autora: Quedaría muy agradecida con sus comentarios y opiniones, que siguen siendo muy importantes para mí. Pueden usar mi correo: janis.estigma@hotmail.es

Gracias a todos mis lectores, y prometo contestar a todos.

Hola, me llamo Cristo.

Veréis, como buen ejersisio liberador, debo contaros lo que pienso sobre el dezengaño amorozo. Faely dise que me ayudará a liberarme. No zé, mejor zería que me ayudara a limarme los dos peazos de cuernos que llevo en lo alto, ¿no?

Bueno, el asunto es lo que zolemos penzar tos los tíos cuando nos ponen la cornamenta. Nos hasemos los mu ofendios y, claro, es pa estarlo. Pero, en este cazo, la culpa fue mía, zolo mía. Yo quería tirarme a la sudafricana, que está pa cometer un crimen de güena, y tenía que seder a Chessy pa tenerla.

Una coza llevo a la otra y los dos ze enamoraron… ¡Joer! ¡Zi zigo penzando azi, les voy a comprar un pizo y tó, coño! ¡Que me he quedao zin novia!

Ahora recuerdo una vieja reseta de magia gitana pa la infidelidad, aprendida de la bruja Avería. Había que elegir una fragante manzana roja, zin defectos en zu piel, los días diez y veinte de cada mes. Ze le daba un mordisco y ze tragaba el trozo entero, zin masticarlo. Entonces, había que atar, con una sinta blanca, una foto de la perzona amada a la manzana, envolver tó en papel blanco y dejarlo al pie de un árbol frondozo. No zé yo bien zi esto funciona, o zi puede pazarte lo mismo que a Blancanieves y te quedes patitieso, asfixiado por el trozo de manzana. Bueno, quizás es otro método válido. ¡Zi te mueres, no zufres!

Zi la reseta funsionara, zería un modo zencillo de rezolver un fenómeno que zusede en toas las culturas del mundo, y desde hase miles de años. ¿Acazp no hay un Mandamiento que dise “No cometerás adulterio”? Es el zexto creo.

Que tantos hayamos tropezado en la misma piedra no es algo que me ayude mucho a pazar el mal trago. Lo que si he llegao a comprender es que zer infiel es algo más que tener relasiones sexuales con un tercero. Más bien, es un acto de deslealtad, de traisión. Nadie puede zer obligado a amar, pero la lealtad y la responzabilidad zon valores que meresen honrarse.

A ver si yo también aprendo la lección.

Según los ansianos del clan, los cuernos ziguen ziempre unas reglas, y, azí se pueden detectar o zolusionar:

El uno, la infidelidad tiene que ver zolo con el zexo. Vamos, que no hay zentimientos de por medio. ¿Raro, no? A mi lo que me dolió fue la parte en la que no había zexo.

El dos, tó el mundo es infiel, aunque zea de espíritu. Esto es mu sierto. No hay más que ver a uno de esos matrimonios de toa la vida, andando por la calle. La espoza va agarrada del brazo del marió y le van cresiendo los cuernos a medida que los ojos de zu espozo se van clavando en los apetitozos trazeros de las chicas que se cruzan con ellos.

El tres, los cuernos pueden ayudar a una pareja en crizis. Bueno, como revulzivo, zeguro, o pa que te mande flores al hospital. También hay que desir que he escuchao que fulanita se ha puesto a perder kilos porque zu marió estaba tonteando con la zecretaria.

El cuatro, el o la amante debe zer más zexy que el cónyuge. Impepinable. Faltaría más que te fueras con un callo malayo.

El sinco, el adulterio, zin enamoramiento, es inofensivo. ¡Claro! ¿Qué iban a desir unos tíos que se pazan el día en el puticlub del pueblo?

El zeis, lo mejor es haserse el loco, al enterarse del azunto, tó pa evitar una crizis. ¿O no zerá pa que no te echen en cara tus propios asuntillos?

El ziete, la culpa es ziempre del engañao, por haber empujao al infiel fuera de casa. La mejor defenza es un buen ataque, ya lo dijo el Bonaparte eze.

El ocho, los cuernos deben acabar ziempre en separación, pero zolo cuando tú eres el afectao.

Ya podéis ver la zabiduría gitana. Ziglos y ziglos de experiensia en el gremio, vamos.

Por mi parte, reconozco que pazé por tres fazes bázicas y muy duras. La primera, la negasión. Yo estaba siego, embutido en mi obsezión por Kasha. Mientras pudiera martilleármela, no atendía a más razones. Incluso, cuando la modelo me advirtió de que las cozas estaban cambiando, no creí que Chessy pudiera traisionarme. Me desía a mí mismo que lo estábamos hasiendo de común acuerdo. Pa mí no eran cuernos, azí que pa ella tampoco. Cuanta zabiduría gitana había dentro de mí…

La segunda faze fue la evaluasión de la zituación. Al comprender lo que ocurría, debía valorar zi era grave, o bien algo pazajero. Tenía que entender las cauzas de eza tragedia. ¿Zi zeguía azí, me afectaría a mí? ¿Podía haserme el tonto y continuar disfrutando de la zudafricana y de mi Chezzy, al mismo tiempo? Tíos, la verdad es que estaba mu cómodo, tal y como estaba pazando. ¿Pa que cambiar?

Cuando ví claramente que todo ze venía abajo, llegó la reacción. Tenía que zopesar el daño. ¿Rompía la relasión o perdonaba el agravio? Ahí estaba el duro meollo. ¿Zería capaz de vivir sin Chezzy? Aún tenía a tita Faely para cuidar de mí… pero, algo, en mi interior, llegó más lejos. ¡Iba a perder zu amistad, el calor zentimental que me había zostenido todos estos meses! ¿Estaba dispuesto a ello? También perdería un agradable apartamento en el Village, eso zi, rodeado de mariquitas por tos lados. Pero un chollo es un chollo y hay que mirar por él.

Pero, claro, yo aún creía que tenía el control… ¡Je! ¡Que equivocado estaba!

Chezzy dejó las cozas diáfanas. En cuanto zupo que Kasha se mudó, dejando a zu hermano zolo, abandonó zu apartamento y ze fue a vivir con el modelo. Ya no había vuelta atrás. Ni ziquiera me lo comunicó. Claro que yo, en aquel momento, estaba demasiado empesinado en culparla de todo y no quize escuchar zus excusas. ¿De qué me ha zervido? De nada. Tan zolo he perdido zu amistad que, al fin y al cabo, era lo que más me llenaba.

Ahora, gracias a Alma y a mi querida tita, estoy intentando zalir del pozo de amargura en que me he tirado yo zolito.

Zegún mi amiga Alma, tengo que respetar una zerie de factores para curarme:

― Dezarrollar una buena autoestima. Menos mal, de ezo tengo un montón, aunque noto que me ha bajado bastante con las mujeres. Ni ziquiera me atrevo a entrarle como antes a Calenda.

― Dezechar los zentimientos de culpa. No dejo de darle vueltas a los motivos para eze engaño, y, la verdad, es que encuentro un montón de detalles en mí, que pueden haberla enviado directamente a los brazos de eze galán.

― Distraer la mente. Debo recordar que machacarme con lo mismo, no zirve de nada. Tengo que buscarme nuevas actividades para mantener mi mente ocupada. Pero, en una agencia de modelos, ¿qué actividades hay, aparte de admirar cuerpos perfectos?

― Entrar en el prosezo de duelo. O como desimos aquí: el muerto al hoyo y el vivo al bollo. Y mucho mejor zi es con unas bolleras…

― Estableser metas. Me he propuesto aumentar mi mercado, azí como haserle la vida impozible a Hamil. Que no ze crea que ze va a ir de rozitas, el mameluco.

Bueno, os dejo y, recordad: Más vale pájaro en mano, que sientos volando…

CONTINUARÁ…

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