Sentado en la camilla del hospital Javier se mira una y otra vez sus manos envueltas en abultados vendajes, de lejos sus padres lo observan con una expresión bastante seria, Javier baja la mirada, sabe que es culpa de él así que ahora mejor se queda callado sin quejarse en absoluto.
 
Tras la clase de química él y unos compañeros decidieron hacer un experimento por cuenta propia a escondidas en el laboratorio, desafortunadamente la situación se convirtió en un desastre cuando el pequeño “experimento” ocasiono una explosión y Javier sufrió quemaduras en sus manos, si bien no son severas lo tendrán con sus manos vendadas por un buen tiempo.
 
“¡Maldición!” exclama Javier, “¡será mejor que te calles mira que esto es tú culpa!” le recuerda su madre. Los padres de Javier conversan afuera del cuarto del hospital, ellos tienen un problema, ambos deben viajar por motivo del trabajo y a Javier no lo pueden llevar ni tampoco dejarlo solo. Conversan con algún familiar pero tampoco tienen éxito, finalmente tras hacer algunas consultas alguien les recomienda dejarlo con una empleada para que lo cuide por unos días, hasta que ellos lleguen y él se recupere. Es una decisión difícil dejar a su hijo al cuidado de una extraña pero muchas opciones no hay, finalmente consiguen a alguien con buenas referencias. La idea no le gusta nada a Javier.
 
Javier esta de vuelta en su casa, no podrá asistir a clases mientras se recupera, esta en su habitación viendo tele, sin embargo cuando trata de manejar el control remoto comienzan los problemas, las vendas le estorban y esto lo frustra bastante. “Será mejor que te acostumbres” le dice su madre que aparece acompañada de otra mujer, “ella es Marlene, será tu cuidadora durante los días que nosotros no estemos aquí”, Javier la observa, una mujer madura, de unos cuarenta y tantos años, cabello castaño y lentes además de un largo delantal, “tendrás que obedecerle en todo y cuidado con portarte mal” le advierte su madre en un severo tono.
 
Al poco rato los padres de Javier se van y Marlene comienza su trabajo ordenando la casa y preparándole la comida a Javier que debe aguantar que lo alimenten como aun bebe, “esto es humillante” dice él, Marlene solo sonríe, “para la próxima debes ser más cuidadoso” le dice ella. Sin embargo esto es solo el principio de los problemas de Javier.
 
Ahora depende solo de ella, hasta para sus necesidades más básicas, algo que él considera degradante, pero Marlene le ayuda en todo, es una mujer callada habla poco o nada y a pesar de los esfuerzos de Javier por saber algo más de ella, Marlene no le cuenta mucho, ni siquiera sabe si es casada o soltera.
 
“Ven aquí” le dice Marlene y Javier se desconcierta cuando ella comienza a desvestirlo, él se resiste, “debes bañarte, o acaso crees que estarás tanto tiempo sin darte una ducha”, con bastante vergüenza Javier permite que ella lo desvista, lo envuelve con una toalla y lo acompaña hasta el baño. El agua cae desde la ducha y Javier se para bajo ella, sus vendas están envueltas para evitar que se mojen, pero él solo le da la espalda a Marlene. “Soy una mujer de 42 años, te puede asegurar que a estas alturas de mi vida ya he visto más de un pene” le dice ella. Lo toma de los hombros y lo da media vuelta, Javier encuentra incomodo que ella lo enjabone y pase sus manos por su cuerpo, en especial cerca de su miembro.
 
Un chorro de agua le moja su delantal, Marlene se lo quita quedando solo con falda y sostén. Al darse media vuelta Javier queda casi boquiabierto al ver el tamaño de los pechos de Marlene, grandes, bien formados y con unos pezones que se marcan en el sostén. “¿Algún problema?” pregunta ella al ver la cara de Javier, “nada, nada” responde él nervioso. Mientras Marlene lo baña él cubre su verga con sus manos, cuando ella le lava el pelo le pone los pechos casi en la cara. “Aparta tus manos, tengo que enjuagarte bien”, al hacerlo aprecia el miembro de Javier erecto y duro, pero ella actúa con normalidad.
 
“Por lo visto estas contento de verme” le dice en broma al ver su erección, Javier se sonroja y aparta la mirada, pero no lo hace por mucho tiempo, al cabo de un instante tiene su vista fija en los pechos de Marlene otra vez y ella no le dice nada más al verlo tan incomodo por esta situación. “Estas listo, ahora ve a tu habitación”, le dice ella tras secarlo.
 
Cuando Javier esta solo lo único que hace es pensar en los pechos de Marlene, si bien al principio no le había puerto mayor atención, sin embargo ahora la observa con más detalle. Es una mujer guapa, bastante guapa ahora que la mira, tiene cierto encanto de mujer madura y sexy a pesar que siempre viste de forma recatada y no usa ropas llamativas, en ocasiones usa pantalones pero aun así se aprecia una figura bastante buena para su edad.
 
“¡Con un demonio!” regaña Javier, luego de unos días y un par de duchas ya no da más, Marlene lo tiene más que caliente y por más que trata no consigue hacerse una paja, las vendas se lo impiden. Trata de quitárselas pero tampoco puede. Hace de todo con tratar de masturbarse y calmar su calentura aunque sea por una vez, pero nada, fue en ese instante que Marlene entra a la habitación portando una bandeja con su once y lo sorprende en pleno intento. Desesperadamente Javier trata de cubrirse pero su erección y las vendas en sus manos le hacen imposible acomodarse los pantalones.
 
Avergonzado él baja la vista, Marlene lo mira con cara de compasión. “Me imagino que ha sido difícil estar sin poder relajarte” le dice ella que se sienta a su lado, Javier no la mira, “no hay por que avergonzarse, a tu edad es muy normal lo que haces”, Javier levanta la mirada, “lo malo es que con estas vendas es imposible, ¡que rabia!” exclama él.
 
Marlene se queda pensativa un momento, “si quieres te puedo dar una mano, pero esto será un secreto entre los dos”, Javier pone cara de sorpresa mientras ella lo pone de espaldas en la cama. Se sobresalta cuando las suaves manos de Marlene envuelven su miembro, “tranquilo, yo te voy a hacer una paja”, Javier no sabe que decir, pero pronto comienza a relajarse a medida que ella va frotando su verga suave y lentamente. Javier disfruta de aquel momento, ella frota con algo más de fuerza y rapidez su miembro y siente la mano de Marlene subir y bajar por el mismo, “esto es increíble” dice él bastante excitado, Marlene lo mira a los ojos mientras sigue masajeando su verga, le acaricia sus testículos y pasa sus dedos por encima de su glande, durante unos minutos Javier esta en las nubes disfrutando de estas caricias.
 
Al ver que él esta por correrse Marlene le frota su verga con ambas manos, para un chico de 12 años esto es demasiado y se corre de forma muy abundante cubriendo las manos de Marlene con su semen. “¡Uff, estuvo fantástico!” dice él aun bastante excitado, Marlene tiene picara sonrisa en su rostro, toma un poco de papel higiénico y limpia a Javier. Ella después va al baño a lavarse las manos y le sirve la once, en todo el rato Javier no deja de decirle que estuvo increíble que jamás había experimentado algo así. “¿Lo volveremos a hacer?” le pregunta, “tal vez” le responde Marlene con una sonrisa.
 
Temprano en la mañana Marlene lleva a Javier al doctor, él ansioso esperaba poder quitarse las vendas sin embargo el doctor determinó que si bien las heridas han cicatrizado bastante aun debe usar vendas por unos días más para total desconsuelo de Javier. “¿Le molesta mucho el uso de vendas en sus manos?” pregunta el doctor, “usted ni se lo imagina” le responde Marlene que después lleva a Javier al centro para distraerlo un rato y sacarlo del encierro de la casa. Por la tarde él recibe un llamado de sus padres que le dicen que mañana volverán a la casa. “Te echaré de menos” le dice Javier sabiendo que su cuidadora después ya no vendrá más, “¿me extrañaras a mi o a lo que hicimos el otro día?” le pregunta ella, “ambos” responde él.
 
Javier esta inquieto en su habitación, sabe que mañana a medio día llegan sus padres y que después ya no vera más a Marlene que simplemente lo tiene loco desde que ella accedió a sacarlo del “apuro” el otro día. Entiende que ella lo hizo más que nada por liberarlo de desesperación de no poder hacerse una paja algo habitual en un chico que esta en la “edad del mono” como dicen algunos. Javier duda en pedirle a Marlene que se lo haga por ultima vez, ella ha sido siempre bastante amable con él y lo ha cuidado con esmero y piensa que puede ser una falta de respeto pedirle que le haga una paja, sin embargo la testosterona puede más y Javier va a hablar con ella que esta en su habitación.
 
Usa sus pies para golpear la puerta y Marlene lo hace entrar, Javier esta visiblemente nervioso y titubea un poco mientras conversa con ella que lo escucha atentamente, no sabe bien como llevar la conversación y pedirle que lo haga otra vez. Sin embargo Marlene ya es una mujer madura y experimentada y la actitud de Javier es demasiado evidente para ella. “Por que mejor no me pides directamente que masturbe otra vez”, Javier se sonroja y finalmente lo reconoce, “me daba vergüenza pedírtelo”. “Entonces recuéstate en la cama y deja todo en mis manos” le dice ella.
 
Como puede Javier se el pantalón de su pijama y se acuesta en la cama, de pronto siente las manos de Marlene en su miembro y ella comienza a darle las caricias que a él tanto le gustaron el otro día. Javier nuevamente esta en otra a medida que las manos de Marlene envuelven su verga y la frotan incesantemente al igual que con sus testículos, sin embargo de pronto Javier abre sus ojos, siente algo más. Al levantarse observa su miembro desaparece entre los labios de Marlene, ella sube y baja con su boca por la erecta verga de Javier que esta por un lado atónito y por otro lado más caliente que antes al ver y sentir como ella le hace una mamada, “es hora que sepas que para frotar una verga se pueden usar más que las manos” le dice ella para después pasar su lengua desde sus testículos hasta su roja cabeza.
 
Javier esta en las nubes, él simplemente goza de algo inolvidable, su primera mamada y Marlene le demuestra que es una experta. Durante unos minutos ella no saca la verga de Javier de su boca, la chupa y lame sin detenerse dándole el máximo placer a este chico que ya ni siquiera habla, solo suspira al sentir la calida boca de Marlene envolviendo su miembro. “¿Por qué te detienes si esto se siente tan bien?” le dice Javier a su cuidadora al verla de pie. Sin embargo la cara de sorpresa de Javier pronto se hace presente cuando ve como ella se abre su blusa, sus pechos se aprecian cubiertos solo por el sostén negro que ella viste. Después se desabrocha lentamente sus jeans y se baja el cierre del mismo, Marlene se chupa un dedo mientras desliza una mano por su entrepierna, “es una pena que no puedas usar tus manos por aquí” le dice ella en medio de un ardiente gemido que se le escapa al frotarse su coño.
 
Con sutiles movimientos se va bajando los jeans, al agacharse Javier aprecia sus grandes pechos, “¡son los mejores que he visto!” dice él casi sin pensarlo. Marlene se ríe, “¿y has visto muchos acaso?”, “bueno, al menos en revistas pornográficas” responde Javier. Marlene, solo en ropa interior se pone encima de Javier haciendo sentir su cuerpo sobre el de él, “pero estos son naturales” dice ella mientras los pasa por encima del pecho de Javier hasta llegar a su rostro. “Realmente es una pena que tus manos estén vendadas, así como yo te he masturbado a ti tu podrías hacérmelo a mi”, si hay un momento en el que Javier se lamenta por haberse quemado sus manos es en este.
 
Marlene se acuesta al lado de Javier que la observa sin poder tocarla, ella se acaricia sus pechos y se aparta el sostén, los ojos de Javier están clavados en los senos de ella y en como se los acaricia, se pellizca sus pezones y se los lame, él esta que explota. Con atención ve como ella va deslizando una mano por su cuerpo, sobre sus senos, su vientre hasta desparecer bajo el calzón. Casi de inmediato ella comienza a gemir, Javier observa como se frota su coño, Marlene se mueve sobre la cama mientras sus gemidos se hacen más fuertes, ella se aparta su calzón y él ve su coño cubierto por una pequeña mata de vello pubico, sin embargo Javier esta más pendiente de cómo ella se masturba hundiendo sus dedos en su sexo.
 
Durante unos instantes Marlene se masturba frente a Javier que la observa atónito, se mete dedos en su coño y en su culo, él la observa impotente sin poder acariciar aquel magnifico cuerpo. “Ya has mirado suficiente” le dice ella que se desnuda por completo, Marlene se monta sobre él pasando sus pechos por encima del cuerpo de Javier que esta entre nervioso ante esta nueva situación y muy excitado por lo demás. Un calido beso de Marlene lo hace reaccionar, “ahora mete tu lengua en mi boca” y como un buen alumno él obedece a su profesora. Mientras ambos se besan ella sigue masturbándolo frotando de forma incesante su verga.
 
 

Marlene vuelve a ocuparse de la verga de Javier, se la chupa y lame de forma muy apasionada, al ver lo excitado que él esta Marlene usa sus pechos para hacerle una paja, la verga de Javier se pierde entre aquellos impresionantes pechos. Marlene se monta sobre Javier haciendo un 69, él ahora tiene frente a su rostro el coño de Marlene, ella se vuelve a meter sus dedos en su sexo y en su culo mientras él la observa, “aquí no necesitas más que tu lengua, métela bien adentro de mi coño” le pide ella. Con algo de timidez al principio Javier comienza a pasar su lengua por encima de la vagina de ella, probando el sabor de una mujer por primera vez. Ambos se lamen entre si, Marlene continua con la verga de Javier deslizándose entre sus labios y él aprende a como lamer a una mujer.

 
“Ya es hora que aprendas algo más”, Marlene toma la verga de Javier en sus manos y la guía hasta su coño mientras ella se le monta encima y suavemente se va dejando caer sobre la verga de Javier hasta acogerla por completo en su coño. Marlene lo toma de las muñecas y le empieza a cabalgar haciendo que sus pechos se agiten frente al rostro de Javier, Marlene hace que él devore sus pechos poniéndole sus pezones en la boca. Ella casi deja sin aliento a Javier, lo coge sin parar y él cierra los ojos mientras siente su polla deslizándose dentro del mojado coño de Marlene. Ambos se besan a cada momento y ella le pone sus pechos en la boca continuamente.
 
Sobre la cama Marlene se pone en cuatro, como Javier no puede guiar su verga ella lo hace poniéndola contra su coño, Javier se carga contra ella penetrándola hasta el fondo. Marlene se mueve salvajemente y se carga contra Javier sintiendo su miembro bien adentro de su sexo, ella se mete un dedo en el culo mientras él la coge solo para excitarlo más todavía. “¡Ya no doy más, me voy a correr!” dice Javier y finalmente acaba sobre el culo de Marlene, se corre de forma abundante y su semen escurre por encima de las nalgas y el coño de ella. Marlene decidida a no perder una gota se la empieza a mamar hasta hacerlo acabar otra vez. Ambos pasaron la noche juntos, Javier se lamenta que no la vera después de mañana, “tal vez nos volvamos a ver” le dice Marlene, “así espero, ya que con mis manos libres te devolveré el favor” le dice él.
 
Pasa un mes, Javier ya no usa vendas y a pesar de sus esfuerzos no ha podido volver a ver a Marlene. Una tarde fue con sus padres a un conocido restaurante por una fiesta que ahí se realiza. Para Javier es toda una lata estar ahí la mayoría son adultos y él es por lejos él más joven. Sin embargo en medio de la gente aprecia a una mesera que se le hace familiar, usando un ajustado traje de dos piezas. Ella esta preparando unos tragos cuando una mano se posa en sus nalgas y las aprieta, “te dije que si te volvía a ver te devolvería el favor” le dice Javier a Marlene. Sin decirle nada ella lo toma de la mano y lo lleva hasta un baño, donde lo besa, sin embargo Javier le sube su ajustada falda de inmediato y como le había prometido, ahora usa sus dedos para recorrer cada agujero de Marlene y masturbarla hasta más no poder metiéndoselos en su sexo y en su culo incansablemente.
 

Pese a los esfuerzos de Marlene sus gemidos son bastante fuertes y se oyen con claridad afuera del baño de mujeres mientras su joven amante no le da tregua. “Por lo visto la pareja que esta en el baño lo esta pasando muy bien” comenta una señora, “ya lo creo, a mí me gustaría tener una amante que me haga gemir así” agrega la madre de Javier riéndose mientras su hijo folla apasionadamente con Marlene.

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